Susana Díaz ha vuelto de vacaciones. Su silencio era prolongado. Y, sobre todo, sonoro. Estaban pasando cosas en España y en el PSOE sin que se escuchara la opinión de la líder de la federación con mayor peso en el partido. Pero este miércoles ha vuelto al trabajo y se ha llevado los titulares. Por partida doble y con idénticos destinatarios: Pedro Sánchez y sus acólitos de Ferraz.
“No se puede gobernar con 85 diputados”, ha dicho la lideresa andaluza. No es un aserto novedoso. Se enmarca en la estrategia aprobada por el comité federal en enero: los españoles han colocado al PSOE en la oposición y ahí debe estar. Pero adquiere relevancia que Díaz lo recuerde públicamente en vísperas de que Sánchez mantenga el anunciado “contacto sustantivo” con Pablo Iglesias esta semana, en ese peculiar road show que el secretario general de los socialistas ha emprendido en busca del Santo Grial del cambio.
Más sorprendente ha sido el tuit de la presidenta andaluza en apoyo a Guillermo Fernández Vara, que desde el 26-J viene insinuando la necesidad de que el PSOE se abstenga en una investidura del PP para facilitar la gobernabilidad. Suya es la famosa frase: “A ver quién es el guapo que se opone si el PP se presenta con 170 diputados”. Con 170 diputados se presentó Rajoy y Sánchez se opuso.
El presidente extremeño había denunciado la situación “absolutamente inaudita” que se estaba produciendo en el partido: “Cada vez que alguien abre la boca, se le corre a gorrazos (…) se ha perdido la capacidad de ser críticos». Algo similar había revelado hace dos meses el aragonés Javier Lambán (“Yo ya vengo intentándolo, aun a costa de ser insultado por algunos compañeros”), pero sin el eco que ha tenido ahora Vara, seguramente porque el momento político es otro, la terceras elecciones están más cerca y muchos barones quieren volver a darle una pensada al papel del PSOE ante la que se avecina.
La reacción de Susana Díaz llegó este miércoles; Vara había hizo pública su queja contra Ferraz el lunes a primera hora. Cuarenta y ocho horas entre medias, pero el tuit de la andaluza sonó a toque de corneta y suscitó un torrente de solidaridad con el socialista extremeño a través de las redes sociales. Ahí acudieron raudos Madina, Chacón, Rubalcaba… ¿Un caudal espontáneo o una operación de diseño? ¿Cariño entre compañeros o comienzo de las hostilidades?