Corea del Sur celebró hoy la voluntad de Corea del Norte para enviar una delegación a los Juegos Olímpicos de Invierno de PyeongChang 2018 y mejorar sus relaciones bilaterales, manifestadas por el líder Kim Jong-un en su discurso de Año Nuevo.
«Apreciamos que Kim expresara disposición a enviar una delegación (olímpica) y propusiera diálogo, pues ha reconocido la necesidad de mejorar las relaciones inter-coreanas», declaró el portavoz del Ejecutivo surcoreano, Park Soo-hyun, en una rueda de prensa recogida por la agencia local Yonhap.
Una organización «exitosa» de los Juegos «contribuirá a la estabilidad no sólo en la península coreana, sino también en el este de Asia y en el resto del mundo», aseguró Park.
El portavoz surcoreano aseguró además que Seúl siempre ha tenido la intención de dialogar con Pyongyang, independientemente del «tiempo, lugar o manera», siempre que dicho diálogo pueda ayudar a restablecer sus relaciones y mejorar la estabilidad en la región.
«Esperamos sentarnos juntos (con Corea del Norte) como partes interesadas para hallar una solución y mejorar la estabilidad en la península (coreana) mientras nos comprometemos con la comunidad internacional para resolver el problema nuclear», dijo Park.
Las palabras de Seúl llegan horas después de que el líder norcoreano afirmara en su discurso de primero de año que Pyongyang está dispuesto y listo para enviar una delegación a PyeongChang, en el que supone el primer anuncio oficial sobre la disposición del país de asistir a la cita, que tendrá lugar entre febrero y marzo.
En su alocución, Kim dijo que los Juegos de Invierno será «una gran ocasión» para el Sur y le deseó «éxito», a la vez que manifestó la disposición de su país para dialogar sobre su asistencia al evento, cuya celebración el mismo año del 70 aniversario de la fundación del Norte recalca que será un año «importante» para ambos.
Kim se mostró así conciliador en su alocución inaugural de 2018, que arrancó asegurando que su país completó el año pasado su poder nuclear y en la que, no obstante, instó a su vecino -con quien está técnicamente enfrentado desde el fin de la Guerra de Corea, que acabó en 1953 con un armisticio- a mejorar sus relaciones.