Los ministros de Finanzas de la UE celebrarán el 2 de mayo en una reunión extraordinaria para avanzar en las negociaciones sobre los nuevos requisitos de capital exigidos a los bancos, dijeron a Efe fuentes de la Presidencia danesa.
Los Estados miembros están negociando con el Parlamento y la Comisión Europea la revisión de su Directiva de Requisitos de Capital (CRD IV) para ajustarla a las exigencias de Basilea III de solvencia bancaria, que deben comenzar a aplicarse en 2013 por fases y estar completamente implementadas el 1 de enero de 2019.
La negociación es complicada y la presidencia danesa de turno de la UE ha estado proponiendo compromisos para alcanzar un consenso sobre los temas más controvertidos, principalmente relacionados con la flexibilidad que tendrían los Estados miembros para aumentar el nivel de capital requerido, y ha sido elevada a los ministros con el objetivo de llegar a un acuerdo con la Eurocámara antes del verano.
El tema de la flexibilidad divide a los Veintisiete. El Reino Unido, Suecia y Bulgaria se oponen fuertemente a la propuesta de la Comisión Europea en esta materia, seguidos de un grupo de detractores menos enérgicos: Holanda, Hungría, la República Checa, Polonia, Eslovaquia y Eslovenia.
España, que estaba en contra al principio, está empezando a «moverse» hacia una opinión más favorable, según otras fuentes europeas consultadas.
Por contra, la Comisión Europea cuenta con el apoyo de Dinamarca, Francia, Alemania, Luxemburgo, Austria, Bélgica, Italia, Finlandia y Portugal, y un tercer bloque que aún no ha tomado una posición formal (Malta, Lituania, Letonia, irlanda, Chipre y Grecia).
El presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, ha enviado una carta al Ecofin, a la Comisión Europea y al Parlamento Europeo en su calidad de presidente del Consejo Europeo de Riesgo Sistémico (CERS) en la que afirma que las autoridades nacionales y de la UE necesitan una cierta flexibilidad para poder endurecer temporalmente un «amplio rango» de requisitos, incluso en el llamado Pilar I que establece los niveles mínimos de capital.
La Comisión Europea defiende que las decisiones sobre un nivel más alto de requisito de capital deben ser tomadas para todo el mercado único, con el fin de evitar distorsiones en materia de competencia y para impedir desapalancamientos o que bancos puedan concentrar activos de riesgo en otros Estados miembros que solo aplican los requisitos mínimos.
Los países pueden acelerar la aplicación de los requisitos de Basilea III durante el periodo transitorio para implantarlos más rápidamente de lo previsto en ese acuerdo.
Hay algunos, como España, que tienen exigencias de capital mínimos por encima de lo previsto en Basilea III, pero no podrán superar los niveles fijados.
Los Estados miembros tendrían posibilidades de requerir a sus bancos más capital, por ejemplo en el caso de los préstamos garantizados por bienes inmuebles.
Además, los países miembros podrían imponer en el llamado pilar 2 del acuerdo de Basilea (referido a la gestión de riesgos y supervisión) requisitos de capital adicionales a determinadas entidades o grupos de entidades para solucionar un riesgo más acusado de lo normal, pero solamente después de una revisión de los organismos reguladores y un proceso de evaluación.
Eso lo pueden hacer principalmente mediante el «colchón anticíclico» o reserva coyuntural en función de los riesgos macroeconómicos específicos a los que se enfrenten, lo que, en la práctica, puede modificar sensiblemente los requisitos de capital.
Bajo Basilea III el coeficiente mínimo de capital ordinario debe ser en 2019 del 4,5 % y el colchón de conservación de capital del 2,5 %, mientras que el colchón anticíclico varía del 0 al 2,5 %.
El capital mínimo de máxima calidad debe ser del 6 % y el total del 8 % y el coeficiente mínimo más el colchón de conservación del 10,5 %.
«La Comisión Europea quiere encontrar el equilibrio adecuado entre la necesaria flexibilidad para reflejar sensibilidades nacionales o específicas y la necesidad de crear un campo de juego homogéneo en Europa y en el contexto global, mediante el establecimiento de unas normas comunes», señalaron las fuentes.