El turismo asiático, cargado de móviles y cámaras de última generación, no falla a la cita con la belleza de la Mezquita-Catedral y el patio de los Naranjos de Córdoba, algo que ha comprobado hoy el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que se ha dado un pequeño baño de selfis.
Rajoy ha clausurado en Córdoba la convención sectorial de su partido sobre la prisión permanente revisable, al término de la cual ha decidido darse un paseo por el centro histórico, uno de los tres títulos de Patrimonio de la Humanidad de la ciudad, junto a los patios y la Mezquita-Catedral, cuyo patio de los naranjos ha sido una agradable carrera de obstáculos para el presidente.
Acompañado, entre otros, por el líder andaluz del PP, Juanma Moreno, el presidente ha llegado hacia las 13.20 horas al muro sur de la Mezquita, y, tras pasear junto al Palacio Episcopal y el hoy cerrado Palacio de Congresos, ha atravesado el templo por su famoso patio.
Un patio en el que hoy, con una temperatura fría, se veían los habituales turistas de temporada baja, grupos de estudiantes y de turistas extranjeros, con predominio de los asiáticos, y otros viajeros nacionales y extranjeros no agrupados.
Apenas ha puesto Rajoy un pie en el patio de los naranjos han empezado las peticiones de fotos y selfis por parte de los turistas.
Algunas, como una joven asiática, se ha puesto a pegar botes de alegría una vez que ha conseguido su foto con el presidente del Gobierno, que en un momento ha estado rodeado por jóvenes y por un batallón de teléfonos esperando turno para su foto.
También se ha escuchado algún grito en contra de Rajoy, como el de un hombre que le ha espetado un «Mariano, vete ya» al que ha hecho caso omiso y ha seguido su ronda de fotos con tranquilidad.
Tras cruzar el Patio de los Naranjos, al otro lado le esperaba el secretario de Estado de Seguridad y exalcalde de Córdoba, José Antonio Nieto, quien ha acompañado al presidente hasta la Taberna Doble de Cepa, donde han entrado para tomar una tapa, ya lejos de los móviles y los selfis.