En un mensaje en sus redes sociales recogido por Europa Press, ha lamentado que, seis meses después del referéndum, los miembros del Govern de ese momento son «presos políticos, pero libres de espíritu», y ha calificado el 1-O como una jornada de dignidad popular y barbarie policial.
«La palabra de la ciudadanía no puede ser nunca delito. No escucharos es legal pero inmoral. Seis meses después del 1-O el Govern de Catalunya somos presos políticos, pero libres de espíritu. Esa jornada de dignidad popular y barbarie policial fue el inicio de una nueva era de la cual no hay retorno posible. Ayer, hoy y siempre a vuestro lado #RepúblicaCatalana», ha expresado desde la cárcel en Neumünster.