El Parlamento de Cataluña tiene previsto empezar este miércoles de nuevo los pasos preceptivos para reactivar la investidura de un presidente de la Generalitat y lo hará justo tres meses después de las elecciones del 21 de diciembre.
El paso clave para poner en marcha de nuevo la maquinaria lo ha dado este martes el hasta ahora candidato de JxCat a la Presidencia de la Generalitat, Jordi Sànchez, que ha anunciado ante el Supremo su intención de dejar el escaño.
Renunciando al acta, Sànchez busca una vía para convencer al Alto Tribunal de que lo excarcele, pero a la vez esto le invalida para liderar el próximo Govern, ya que la ley catalana obliga a los candidatos a la investidura a tener escaño.
El anuncio de Sànchez obliga a JxCat a presentar un candidato alternativo a la Presidencia, el tercero desde que empezó la legislatura tras él y Carles Puigdemont, y el mejor situado es el exconseller de Presidencia Jordi Turull.
Fuentes conocedoras consultadas por Europa Press han explicado que la candidatura de Turull se ha acabado imponiendo a otras que se habían contemplado, como la de la portavoz de JxCat, Elsa Artadi, y el diputado del mismo grupo y escritor Quim Torra.
A diferencia de Sànchez y Puigdemont, Turull no tendría problemas para ser investido porque no está ni en la cárcel ni en Bruselas, pero sí para tener un mandato completo ya que está siendo investigado por el juez del Supremo que instruye la causa contra el proceso independentista.
Si fuera inhabilitado o encarcelado de nuevo durante la legislatura, esta circunstancia le obligaría a renunciar al cargo: según la ley le sustituiría el vicepresidente, pero el Parlament debería investir a otro presidente o, si no lo logra, convocar elecciones.
Síntoma de que la maquinaria vuelve a estar a punto es que el presidente del Parlamento catalán, Roger Torrent, comparecerá este miércoles a las 11.30 horas desde su Despacho de Audiencias, un anuncio que se ha hecho este martes después de que haya trascendido la renuncia de Sànchez.
Para investir a Turull, Torrent debe iniciar una ronda de consultas con todos los grupos parlamentarios y constatar que, efectivamente, el exconseller de Presidencia es quien tienen más posibilidades de ser elegido en un pleno de investidura.
LA LLAVE LA TIENE LA CUP
Turull no tiene asegurada la Presidencia porque la CUP no le garantiza sus votos, ya que considera que el programa de Govern que le han propuesta JxCat y ERC es «autonomista» y supone una enmienda a la totalidad a la república declarada el 27-O.
Aparte de su desacuerdo con el programa, los anticapitalistas avisan de que no facilita la investidura el hecho de presentar a un candidato orgánicamente vinculado al PDeCAT, y preferirían otra opción, aunque lo aceptarían a cambio de una hoja de ruta republicana.
Si esa nueva oferta no llega, la CUP recuerda que la investidura puede prosperar por tres vías: buscando apoyos en otros grupos, renunciando al escaño Puigdemont y Toni Comín –algo que no comparten–, o haciendo «valer la soberanía» del Parlament y permitiendo el voto delegado de ambos diputados, es decir, haciendo que la Cámara desobedezca a los tribunales.
JxCat y ERC son partidarios de una investidura cuanto antes, pero la falta de acuerdo con la CUP impide fijar el pleno a corto plazo y podrían dejar su celebración para Semana Santa o incluso después, según varias fuentes consultadas.