Ya se conoce la primera víctima política en la guerra interna entre PSOE y PSC. El secretario general adjunto del grupo socialista, José Zaragoza, ha dejado su cargo tras las presiones desde Ferraz y de su lider Alfredo Pérez Rubalcaba, quien considera que no se puede estar en la dirección parlamentaria, y encima como su número tres, tras haberse posicionado de forma distinta a la inmensa mayoría.
El PSOE ya planteó la posibilidad de que Zaragoza abandonara la dirección del grupo socialista en el Congreso después de no acatar la disciplina de voto, junto al resto de parlamentarios del PSC, que hoy mismo podrían ser sancionados por ello, incluida Carme Chacón.
Fuentes del núcleo duro del PSOE han trasladado esta reflexión con el argumento de que resulta incoherente que Zaragoza siga perteneciendo a la dirección del grupo, que es precisamente la que fija los criterios en las votaciones y las sanciones a quienes las desobedecen.
José Zaragoza es secretario general adjunto del grupo socialista, lo que equivale a ser «de facto» el «número cuatro» del mismo, después del presidente y líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba; la portavoz, Soraya Rodríguez, y el secretario general, Eduardo Madina.
La tesis que mantienen en Ferraz es que resulta incongruente pertenecer a la dirección del grupo y, al mismo tiempo, desobedecer sus directrices. También es miembro de la Ejecutiva Federal, uno de los dos del PSC en este órgano, si bien esa representación podría variar, e incluso desaparecer, en el nuevo protocolo de relaciones que quieren suscribir los dos partidos.