El responsable de política institucional del EBB del PNV, Koldo Mediavilla, ha criticado «el carroñerismo sindical y político» que utiliza la muerte del ‘ertzaina’ Inocencio Alonso –que formaba parte del dispositivo de seguridad con motivo del partido entre el Athletic de Bilbao y el Spartak de Moscú, y que falleció de un infarto– «como ariete de sus intereses, obsesiones y revanchas».
Además, ha pedido responsabilidad a sindicatos de la Ertzaintza, como ErNE y ESAN, al considerar que «están conduciendo» al Cuerpo policial «a un cuestionamiento general» que puede tener «gravísimas consecuencias».
En un artículo colgado en su blog, recogido por Europa Press, Mediavilla recuerda que Inocencio Alonso era servidor público y perdió la vida «defendiendo el derecho a la seguridad de quienes pretendían asistir a un partido de fútbol frente a la violencia insolente y gratuita de grupos organizados de bestias que convirtieron las inmediaciones de San Mamés en una batalla campal».
«Allí un infarto se llevó la vida de un ‘ertzaina’ que cumplía con su deber de proteger y amparar a la ciudadanía de la barbarie y el terror desplegado por unos inadaptados sociales a los que el Estado de Derecho deberá perseguir, detener y poner a disposición de la justicia», añade.
A su juicio, «no cabe más lectura de unos acontecimientos trágicos, provocados e injustificables, reconocimiento y solidaridad con la víctima, dolor compartido por una pérdida irreparable, consternación por el comportamiento insoportable y criminal de los energúmenos de aquí y de allí, necesidad de justicia y de reparación y de que no se vuelva a repetir».
Además, muestra su más «desprecio absoluto para con los que han pretendido contextualizar la tragedia, eludiendo la autocrítica y la condena de los fanáticos propios (en alusión a Herri Norte), y de quienes han pretendido igualmente utilizar a una víctima como ariete de sus intereses, obsesiones y revanchas».
Koldo Mediavilla asegura, asimismo, que le «asquea aún más la indignidad demostrada por colectivos e individuos en relación a esta triste calamidad». «No soporto ni un minuto más que nadie, y mucho menos los imbéciles del ‘norte’ pretendan contraponer la muerte de Inocencio Alonso con la de Iñigo Cabacas», indica.
A su juicio, «resulta intolerable, un insulto a la dignidad humana y a la inteligencia confrontar ambas víctimas». Además, cree que se trata de «un grupo de individuos inadaptados, que socios o no, deberían ser identificados, reconocidos por el Athletic Club y ser desterrados a no volver a pisar este estadio de por vida».
El dirigente ‘jeltzale’ les califica de «recalcitrantes» que, cuando «han demostrado su talante más intolerante, siguen siendo amparados, entendidos o tolerados por una izquierda abertzale a la que más le valiera, por higiene y regeneración democrática, volcarlos al vertedero, a la planta de tratamiento mecánico-biológico».
DIRIGENTES SINDICALES
Mediavilla admite «la consternación indisimulada» que le han causado «estos bárbaros», pero explica que no le ha generado «menor indignación» la «carroñería que, una vez más, han demostrado determinados dirigentes sindicales policiales».
«Resulta insoportable escuchar los argumentos de quienes se dicen representantes de los ‘ertzainas’, mezclando y manipulando lo ocurrido a mayor gloria de sus intereses de ‘lobby’. Funcionarios que parecen haber olvidado, si alguna vez la tuvieron, la vocación policial exigida en su puesto para situarse abiertamente en la crítica a todo, a los dirigentes gubernamentales, a los políticos y al modelo policial», añade.
A ellos también les ha llamado «carroñeros que no han dudado ni un minuto para, con el cuerpo aún presente de un policía recién fallecido en acto de servicio, hacer de su muerte un ariete con el que golpear al Departamento de Seguridad».
Koldo Mediavilla no niega que pueda haber «carencias en la gestión de un colectivo de 8.000 agentes o que la gestión interna se podría mejorar», pero considera que pregonar, «como se ha hecho, que hay ‘responsabilidades políticas’ en la trágica muerte de Inocencio Alonso, es un exceso, una salida de tono que bien merecería una respuesta, bien en tribunales o en el ámbito administrativo a modo de expediente».
En referencia a las declaraciones del secretario general de ErNE, Roberto Seijo, que afirmó que el modelo policial diseñado por el Departamento de Seguridad «está matando a la gente», ha recordado que le asiste «el derecho a la libertad de expresión», pero «también deberá asumir» que haya responsabilidades «internas y externas».
En su opinión, «la gota que ha rebosado el vaso ha sido el llamamiento que el representante del sindicato corporativo de la Ertzaintza ha hecho a secundar una huelga soterrada en la Brigada Móvil en coincidencia con el próximo partido de fútbol europeo en San Mamés», con «la amenaza» de coger «bajas médicas masivas» en un «chantaje intolerable».
«Incumplir a sabiendas una obligación legal, y la defensa de la seguridad es un deber de toda Policía, tiene en el código penal una reserva llamada ‘prevaricación'», ha señalado.
CONTRAPODER
El dirigente ‘jeltzale’ no «niega» tampoco a los sindicatos policiales la defensa de los intereses de los trabajadores que representan, pero «no acepta» que sindicatos como ErNE «se planteen ejercer su mayoría a modo de contrapoder interno en un papel que ni les corresponde ni están legitimados para ello».
«La misma responsabilidad que reclamo de ErNE, exijo de otros dirigentes sindicales como los de ESAN, quienes han acusado a los responsables del departamento de Seguridad de mentir en relación al operativo desarrollado en Bilbao en el partido de fútbol del Spartak de Moscú», señala, para decir que son «irresponsables voceros».
Para Koldo Mediavilla, «se está produciendo una especie de subasta sindical mal entendida en la que organizaciones corporativas están invadiendo un terreno que no le es propio; la acción política», y ha recordado que el Parlamento Vasco, «nadie más», quien instó al Gobierno vasco en abril de 2015 «a la restricción inmediata y sustitución definitiva de las escopetas lanzapelotas y de las pelotas de goma por otros medios antidisturbios menos dañinos para las personas».
«Algunos sindicatos, por interés propio en lugar de en defensa del interés general, están conduciendo a la Ertzaintza a un cuestionamiento general que puede tener gravísimas consecuencias», insiste.
En este contexto, cree que la solución a los problemas que pueda haber en la Policía autonómica «pasa por el diálogo, por la incorporación de medios materiales y recursos humanos en la gestión, pero sin carroñerismo sindical o político, sin que nadie pretenda utilizar a las víctimas como elementos de presión o de discordia porque en esa utilización particular, las víctimas siempre pierden».