Miquel Iceta (Barcelona, 1960) considera que el fichaje de Ernest Maragall, histórico dirigente del PSC ahora con partido propio, como número dos en ERC para las elecciones europeas entran en la “lógica” de sus posicionamientos y de sectores que no comparten la vía federalista consensuada con el PSOE, que rechaza la consulta Catalunya.
Iceta, miembro de la ejecutiva del PSC y del PSOE y presidente de la Fundación Rafael Campalans, dice no temer una fuga de críticos a otros formaciones, pero deja claro que si se está en el PSC no cabe otra cosa que defender el proyecto federalista; nada de la consulta del 9 de noviembre: “La adhesión a un partido es voluntaria y libre y los que estén en el PSC tienen que atenerse a las decisiones que adoptamos democráticamente. Nosotros no vamos a romper con el resto de España y los que no defiendan tendrán que estar en otros lugares».
¿Cuál ha sido el recorrido el PSC y en qué punto está ahora?
El PSC ha sido decisivo en la configuración de las mayorías socialistas en España y ha gobernado la Generalitat desde 2003 y 2010. Ha tenido un largo recorrido, con muchas aportaciones al bienestar en Catalunya y ahora sufre las tensiones del proceso soberanista que han abierto ERC y CIU.
¿Qué pasa con el divorcio entre el ala catalanista y la vertiente más cercana a Ferraz? ¿Son reconciliables en el PSC?
Este proceso soberanista está causando mucha tensión porque busca que la gente se defina entre la separación o no de Catalunya. El PSC se cimentaba en la idea de evitar la división entre las personas por razones de lengua, de sentimiento de pertenencia nacional. Pero desde esta perspectiva parece inevitable que el PSC sea el primer partido en sufrir la tensión de este proceso. Es pronto para saber cómo acabar. La consulta probablemente no va a celebrarse porque no tiene encaje legal. Pero la gente del PSC que ve que no hay acuerdo posible entre Catalunya y el resto de España, o que considera insuficiente la vía federalista, que comporte con el PSOE, pues es normal que no se sienta vinculada con nuestro proyecto”.
«A la mayoría de los socialistas catalanes le colma la vía federalista»
¿La vía federalista encuentra suficiente espacio entre el sector socialista en Catalunya? ¿Colma el proyecto de la mayoría socialista catalana?
Sí, a la mayoría de los socialistas catalanes le colma la vía federalista del PSC. También se hace difícil defender un proyecto federal para España si no tienes un grupo político como el PSOE que lo haga suyo. Las opciones federales requieren de amplios acuerdos, de gente que las compartan y socios. Los que no encuentren socios dentro de España, difícilmente van a encontrar un proyecto federal. Es un proyecto amplio, en el que cabe mucha gente y es capaz de colmar las ansias de autogobierno de los que pretendemos seguir unidos a España.
¿Qué debe reivindicar el PSC de su historia para remontar?
El PSC aspira a seguir representado lo que representaba. El PSC siempre ha aspirado a un autogobierno para Catalunya, al reconocimiento de su singularidad como nación y hacer eso compatible con proyecto federal para España. Esto ha sido posible durante los últimos 30 años. Tras la sentencia del Constitucional sobre el Estatut, hay que reformular el marco de convivencia y por eso proponemos una reforma constitucional para estado federal y eso es lo que hemos acordado con el PSOE.
«No hemos sabido comunicar bien el mensaje político»
Sí, pero las encuestas relegan al PSC como cuarta fuerza política en Cataluya ¿qué interpretación hace de eso? ¿Se habla de que el PSC podría ser partido minoritario?
Eso dependerá de los ciudadanos, digan con sus votos el papel del PSC. Creemos que en Catalunya todavía hay mucha gente que quiere renovar el marco de convivencia y creemos que esto tiene recorrido y que acabará teniendo mucho apoyo. Ahora es una época de mucha polarización y división, que hace difícil que las posiciones más racionales y templadas tengan mucha audiencia. Pero no vamos a ceder. Creemos que es la mejor solución y seguiremos trabajando para tener confianza de los ciudadanos.
¿Cómo valora la marcha de Ernest Maragall a la lista de ERC en las europeas?
Para mí Ernest se merece el respeto. Él abandonó el PSC hace un tiempo y creo en un nuevo partido que ha llegado a un acuerdo con ERC. Me parece bien que la gente que defiende la vía soberanista, pues se agrupe en una misma candidatura. Es lógico. Para la gente que piensa que el federalismo no sirve y quiere dar salto a la independencia, pues es lógico que vaya a otro puerto político. Es una evolución lógica al planteamiento que ha hecho Ernest Maragall.
«Maragall me merece el respeto y su decisión ha sido lógica»
¿Temen en el PSC una fuga de críticos?
La adhesión de un partido es voluntaria y libre y los que están en el PSC, tienen que atenerse a las decisiones adoptadas democráticamente, y los que no lo comparten, pues acabarán en otros lugares. Pero nosotros no creemos que se produzca una fuga de mucha gente. Es verdad que el proceso soberanista tiende a que la gente se defina y en el PSC no vamos a estar con romper con el resto de España; esa gente tendrá que estar en otros lugares.
Ha comentado que se vive un momento de polarización y que las posiciones templadas tienen difícil atraer más audiencia. ¿Le ha faltado claridad en el mensaje al PSC?
Puede haber habido deficiencia nuestra, no comunicarse bien nuestro proyecto federalista. Pero en estos momentos en los que el PP no facilita acuerdos, no favorece estos proyectos. Las circunstancias políticas no son favorables para un acuerdo para la opción federalista.
El acuerdo casi lo descartan con el Gobierno central…
Nos gustaría que se imponga el sentido común, la sensatez de la línea federal y el acuerdo. Pero a corto plazo, lo veo todo muy difícil. Nos encantaría que hubiera una consulta legal y acordada con el Estado, pero eso es muy difícil de conseguir en estos momentos con la falta de voluntad de diálogo en la Generalitat y el Gobierno. Nosotros vamos a reivindicar la reforma federal en la Constitución, en una perspectiva va más allá de 2015. Los proceso políticos así necesitan tiempo y condiciones favorables y ahora la mayoría absoluta del PP no es propicia a un cambio de las relaciones territoriales. Aunque si no hay cambio, el riesgo de ruptura es grande.