El secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, conversó hoy con su homólogo de Rusia, Sergei Lavrov, sobre el proceso para lograr una resolución «fuerte» en el Consejo de Seguridad de la ONU que fuerce a Siria a deshacerse de sus armas químicas.
Kerry y Lavrov, que están en contacto diario para tratar el asunto, sellaron un acuerdo en Ginebra el pasado fin de semana para desmantelar el arsenal de este tipo de armas de Siria, que, según Washington, fue utilizado el pasado 21 de agosto en el ataque perpetrado a las afueras de Damasco que pudo causar unos 1.400 muertos.
Tras una reunión con su homólogo holandés, Frans Timmermans, en el Departamento de Estado, Kerry informó a los periodistas de que había tenido una conversación telefónica bastante larga con Lavrov a primera hora.
«Hablamos para que la cooperación que acordamos se siga prestando, yendo no sólo hacia la adopción de las normas y los reglamentos de la Convención Internacional sobre Armas Químicas (por parte de Siria), sino también para lograr una resolución que sea firme y fuerte en las Naciones Unidas. Vamos a seguir trabajando en eso», insistió el secretario de Estado.
Ante la Asamblea General de la ONU que se celebrará la semana próxima en Nueva York, Kerry hizo un llamamiento el jueves a la comunidad internacional para que reaccione con rapidez al reciente informe de Naciones Unidas que confirmó el uso de armas químicas en Siria en agosto.
«Queda poco tiempo. No debatamos sobre algo que ya sabemos», dijo Kerry en una comparecencia ante los medios en el Departamento de Estado, y subrayó que todos los datos del informe de Naciones Unidas confirman el uso de gas sarín en el ataque del 21 de agosto.
Kerry alcanzó la semana pasada en Ginebra un acuerdo con Lavrov para obligar a Siria a entregar las armas químicas que posee de forma «inmediata y total» para su posterior destrucción.
Los esfuerzos entre Rusia y Estados Unidos son fruto de un proceso diplomático que frenó la primera decisión del presidente estadounidense, Barack Obama, de llevar a cabo un ataque de castigo contra ese país árabe tras conocerse las primeras informaciones sobre el uso de armas químicas en Damasco.