Joaquín Leguina escribe en su propio blog un perfil para todos aquellos que no le han conocido en la política activa, que no le han escuchado en las tertulias, o leído en sus libros. Leguina nació el 5 de mayo de 1941 en Villaescusa en Cantabria. Divorciado y con dos hijos es Doctor en Ciencias Económicas por la UCM, Doctor en Demografía por la Sorbona de París y Estadístico Facultativo del Estado. Leguina controló de forma firma una de las Federaciones más duras del socialismo español durante 11 años: la madrileña. Desde 1979 a 1990. Cómo han cambiado los tiempos viendo cómo ahora la controla Tomás Gómez, que en poco se parece a Leguina.
Elegido por el PSOE concejal en el Ayuntamiento desde 1979 a 1983. Fue presidente de la Comunidad de Madrid de 1983 a 1995. Fue diputado en Madrid en 1982 y 1983 y desde 1996 a 2008. Desde que Leguina perdió la Comunidad de Madrid frente a Gallardón, esta se ha convertido en un bastión del PP. Primero con el ahora ministro de Justicia y después a manos de Aguirre. Ahora el puesto lo ocupa Ignacio González.
Leguina fue uno de los dirigentes emblemáticos con los que ZP tuvo poca consideración. Él mismo reconoce que si le votó en sun día es porque él mismo iba en las listas. «Yo lo conocí antes de que fuera virgen, antes de que fuera presidente del Gobierno (…) y en las elecciones lo voté porque iba yo también en la lista; si no, me lo hubiera pensado». «Pasó por aquí una apisonadora que se dedicó a eliminar a los que tenían más de X años y no se preocupó de tener el banquillo lleno, así es que ahora el problema es cómo se sustituye a ese banquillo quemado, a todos esos zapateristas que deberían dar un paso al lado y dejar pasar a otra gente».
Un político que anhela el PSOE en el que mandó Felipe González
Leguina ha dejado claro siempre que el PSOE que más le llena es el que habla desde la moderación, porque las elecciones se ganan convenciendo al que nunca le ha votado. Por eso no le gusta qeu el PSOE se vuelva nacionalista, saque a pasear a Franco o empiece a meterse con los curas. A él no le hizo falta nada de eso para gobernar y cuando su tiempo terminó saber hacer otra cosa.
Admira como políticos a Churchill, Roosevelt y De Gaulle. Como escritores admira a Pérez Reverte, Elvira Lindo o Muñoz Molina, auqneu también a Cernuda, Semprún y Galdós.
Un escritor con una larga bibliografía en la que incluso hay alguna novela llevada al cine
Entre sus cuentos se encuentran Historias de la Calle Cádiz, Cuernos y Cuernos retorcidos. Entre sus novelas, La fiesta de los locos, Tu nombre envenena mis sueños, La Tierra más hermosa, El corazón del viento, Por encima de toda sospecha, El rescoldo, Las pruebas de la infamia, La luz crepuscular. Ha hecho también ensayos como El camino de la vuelta, el duelo y la revancha, Años de hierro y esperanza, Malvadas y virtuosas, Defensa de la Política y Los ríos desbordados. Leguina, un político peculiar queno se muerde la lengua.