Joaquim Coll, historiador, articulista de El Periódico de Catalunya e intelectual federalista, piensa que “lo mejor para el PSC es que se vayan los críticos”, quienes “han abierto una herida de la mano del soberanismo que busca romper con Madrid”.
Coll, uno de los fundadores de la Sociedad Civil Catalana, la plataforma social que busca parar la consulta independentista del 9 de noviembre, asegura que la dimisión de los diez integrantes de la ejecutiva socialista en Girona pone de relieve que hay un sector que se quiere ir, pero que no lo hace porque hay intereses en juego. “Se tienen que marchar de una vez. Perdieron en el congreso del PSC y siguen dando problemas. Si consideran que el partido no es su opción política, que busquen otras. Pero que no abran heridas con el nacionalismo soberanista”.
El historiador niega que en el PSC haya dos alas, la catalanista y la ‘españolista’, del cinturón industrial de Barcelona más cercana a Ferraz. “Es una imagen falsa la de las dos almas. El PSC es catalanista y reconoce las singularidades de Catalunya y defiende su cultura y su lengua. Pero hay quienes dentro del partido se han convertido en catalanistas independentistas. Que busquen una opción de izquierda rupturista”.
¿Por qué no los echa del partido la dirección de Pere Navarro? “En los partidos es complicado echar a los integrantes. Insisto en que deben ser los disidentes los que se marchen. Pero no lo hacen porque son útiles para el soberanismo y alimentar su discurso”.
«Hay egos personales en el PSC que han perdido hegemonía»
Coll defiende la gestión de Pere Navarro en la dirección del PSC, que decidió rechazar una consulta en los términos acordados por el Parlamento catalán, a pesar de que en el programa electoral se recogía el derecho a decidir en un referéndum acordado en el marco de la legalidad. “El PSC ha avanzado en la clarificación de su programa y ha logrado colocar el discurso federalista en el PSOE. Ha conseguido que el PSOE haga suya la reforma federal para resolver el problema territorial, que afecta a todos los españoles”, sostiene el historiador. Añade que “ha podido mantenerse ante la controversia con Ferraz por la consulta” y decidir finalmente que apoyarán una votación acordada con el Estado.
Entre las diez dimisiones de la ejecutiva de Girona, figura Joaquim Nadal, histórico dirigente, que ha sido exconsejero del tripartito, exalcalde de esta ciudad y lideró la oposición socialista entre 2010 y 2012. Coll asegura que no es el PSC el que ha cambiado, sino sus integrantes. “Hay un abanico de egos personales que siempre han mandado en el PSC (…) Nadal ha dejado de tener protagonismo en el partido y aquí hay un problema de hegemonía que ha permitido que en el espacio de la izquierda entren los nacionalistas. La gente cambia”, expone.
«En Catalunya no se respeta la pluralidad democratica»
Sobre el proyecto de la Sociedad Civil Catalana, la plataforma que pretende visibilizar “una mayoría silenciosa contraria a la independencia”, Coll dice que son conscientes de “los límites” y de que “la batalla política es desigual”. “Lo ocurre en Catalunya no es normal. No se respeta la pluralidad democrática y hay un bombardeo de falacias y mentiras, como la de ‘nos están robando’ que constituyen técnicas de control de la opinión pública”.
Según el historiador, Catalunya vive este pulso soberanista porque “España está en la tormenta perfecta y el nacionalismo catalán hegemónico se ha valido de un discurso emocional y del populismo socioeconómico, que presenta la independencia como catarsis para que las clases medidas puedan lograr algo nuevo”. Como, añade, “si Catalunya hubiera estado al margen de los problemas de España”, de la burbuja inmobiliaria y la debacle económica.