El director del Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE), Alberto Hernández, ha advertido hoy de la dificultad de averiguar el origen de las amenazas en el ciberespacio porque es un dominio que tiene un componente de «anonimato», en alusión al origen de las posibles «injerencias» rusas en la situación en Cataluña.
El responsable del Incibe, a preguntas de los periodistas tras comparecer en el Congreso para informar sobre las actividades de su organismo, ha evitado pronunciarse implícitamente sobre la crisis de Cataluña y las redes.
Ha destacado que el Incibe trabaja en el ámbito de los ciudadanos y las empresas y ha remarcado que «todo tipo de amenazas se pueden materializar en el ciberespacio».
Sobre las posibles injerencias de Rusia en el conflicto catalán a través del ciberespacio, ha reiterado que desde el Incibe «se da un papel muy técnico en el ámbito de la mejora de la seguridad de los ciudadanos y las empresas».
«Tenemos capacidad para detectar que le puede ocurrir a un ciudadano o una empresa y prestarle ayuda en la resolución del problema», ha afirmado.
En este sentido ha dicho que «hay que entender que el ciberespacio es un dominio tan real como el dominio físico, en el que las amenazas que conocemos de todo tipo se pueden materializar y además tienen el componente del anonimato».
Ha añadido que «las acciones en el ciberespacio tienen la componente de dificultad de atribución muy grande que no se puede resolver únicamente desde el punto de vista técnico, que es el que ve el Incibe».
En esta línea ha dicho que «para poder trabajar en la atribución de cualquier acción hay que tener en cuenta una visión más olística sobre la situación».
Hernández ha concluido que «es importante que los ciudadanos tengan un juicio crítico y sepan en quien confiar».