El exministro de Justicia Alberto Ruiz-Gallardón se mostró este jueves dispuesto a “dejar a un lado” su actual dedicación al mundo jurídico “para volver a la política”, que abandonó en septiembre pasado tras ser desechada su reforma del aborto por parte del presidente Mariano Rajoy.
Gallardón hizo esta consideración en el marco del Congreso CSTIC 2015, de Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), que organiza la Asociación Española para la Calidad (AEC).
El ministro se refirió a su hipotética vuelta a la política tras ser preguntado sobre si volvería a elegir ejercer la misma profesión, en caso de poder retroceder en el tiempo. El extitular de Justicia aprobó las oposiciones como fiscal antes de entrar en la política como miembro de Alianza Popular y concejal en el Ayuntamiento de Madrid.
A este respecto, en este congreso de nuevas tecnologías en el que participó este jueves, Gallardón dijo que, si pudiera volver atrás en el tiempo, optaría de nuevo por adentrarse en el conocimiento de las ciencias jurídicas, por las que, según dijo, tiene especial interés.
Tras su dimisión
Fue a continuación cuando apuntó, por propia iniciativa, que estaría dispuesto a “dejar a un lado” su actual dedicación al mundo jurídico “para volver a la política». El expresidente madrileño y excalde de la capital anunció su dimisión en septiembre pasado después de que Rajoy declinase hacer la reforma del aborto en profundidad que se le planteaba.
Además, durante su intervención en el Congreso CSTIC 2015, el extitular de Justicia hizo un repaso a su experiencia práctica en el desarrollo de proyectos innovadores en el seno de tres Administraciones públicas que ha dirigido. El exministro aludió a la necesidad de llevar a cabo cambios en la gestión de los sistemas que permitan mejorar los niveles de calidad y alcanzar el reto de la excelencia.
Tuvo sonoros fracasos
El exministro de Justicia Alberto Ruíz Gallardón ha reconocido este jueves que el proyecto de reforma del Registro Civil que impulsó cuando formaba parte del Gobierno fue «un fracaso» aunque durante su etapa al frente del Ministerio tuvo otros «más sonoros».
Desde que dimitió el año pasado, su sucesor en el cargo, Rafael Catalá, ha abandonado la gran mayoría de los proyectos estrella impulsados por Gallardón. Entre otras iniciativas enterradas, está la propuesta de reforma del Registro Civil, la del Código Penal, la Ley de Tasas y la Ley del Aborto.
Precisamente la retirada de este último anteproyecto de ley por parte del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, por la falta de consenso, provocó la dimisión del exministro y dio paso a una profunda revisión de todas las leyes que impulsó.
En una intervención en el Congreso XSTIC 2015 organizado por la Asociación Española para la Calidad (AEC), se ha referido en concreto a su proyecto de reforma del Registro Civil. A pesar de que durante su etapa de ministro tuvo fracasos «mucho más sonoros», ha destacado éste y ha admitido la falta de actitud de «escucha» y de «comunicación permanente» por parte del Gobierno
Gallardón cree que en esta propuesta de reforma el fallo no estuvo en la idea ni el planteamiento si no en el proceso de implementación y el inicio de los trámites para aprobar la medida.
En este sentido, el exministro ha hecho autocrítica: «Cuando llego a la conclusión de que una idea tan buena había salido tan mal dije: »evidentemente la culpa es nuestra»», ha señalado.
En cualquier caso, ha defendido el cambio que impulsó en este aspecto alegando que «de todos los servicios» vinculados a la Administración de Justicia el Registro Civil es «el que peor valoración tiene por parte de los ciudadanos».
A su juicio, el planteamiento del anteproyecto de Ley de Reforma Integral de los Registros era «irreprochable» y «es formidable, necesario, conveniente y útil para todos los actores sin excepción» y
El proyecto de reforma de Gallardón pretendía desjudicializar el Registro Civil y adjudicar su gestión a registradores de la propiedad y mercantiles. Al respecto, ha asegurado que dicho Registro «ha funcionado siempre mal» al ser «una competencia encargada a los jueces», funcionarios con «una carga tremenda de trabajo».
Además, pese a la «campaña» que se hizo de la reforma y a que «se opuso todo el mundo», el exministro sostiene que no se produciría una privatización ni externalización del servicio y que simplemente pasaba a manos de otros funcionarios: «Seguía siendo gratuito», ha subrayado.
AUTOCRÍTICA
No obstante, Gallardón ha dicho haber reflexionado al respecto: «Yo, constatado el fracaso, lo que hice fue preguntarme por qué. ¿Qué hemos hecho mal si lo que nosotros estamos ofreciendo es la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos», ha manifestado.
En su opinión, falló en la implementación y en el trámite que, según ha afirmado, «es tan importante o más que la medida implementada». Según ha explicado, en primer lugar falló «la complicidad y la comunicación» y que el Ejecutivo no supo tener una actitud «de escucha» y de «comunicación permanente».
«Pensamos que era tan buena y positiva la idea que no necesitábamos explicarla», ha indicado, para después matizar que «incluso las mejores propuestas tienen que ser explicadas».
Asimismo, cree que el Ejecutivo «devaluó» el «conservadurismo sociológico» de la sociedad así como «su resistencia al cambio». «Si lo que se pretende es una transformación de la realidad hay que saber que hay un elemento de resistencia, de miedo, de temor al resultado y, por lo tanto, de deseo de que las cosas sigan como están», ha apostillado.
En cualquier caso, Gallardón se ha mostrado seguro de que «algún día» habrá un equipo de Gobierno «mejor» que el que había entonces y llegará a implementar la medida: «No basta con decir que (la transformación de la realidad) es hacia mejor. Tiene que explicar por qué y tiene siempre que buscar compañía y nunca, por mucha razón que tengas, hacerlo en solitario», ha concluido el exministro.