La exconsejera de Enseñanza del Gobierno de Cataluña Clara Ponsatí, que huyó a Bélgica y se ha trasladado recientemente a Escocia para incorporarse a su puesto de profesora en la Universidad de Saint Andrews, dijo hoy que se «concentrará» en su trabajo, pero hará «lo que pueda por Cataluña».
«Tengo mi antiguo trabajo y me concentraré en eso, pero ayudaré, haré lo que pueda por Cataluña», afirmó en una entrevista al diario escocés The National.
Ponsatí, que anunció este fin de semana que se reincorporaba a su antiguo puesto en la facultad de Economía y Finanzas de la prestigiosa St Andrews, se trasladó al Reino Unido desde Bélgica, donde se encontraba junto al expresidente catalán Carles Puigdemont y otros tres exmiembros del Gobierno regional.
Los cinco salieron de España tras el referéndum de independencia celebrado el 1 de octubre para evitar su detención tras no acudir a declarar ante la Audiencia Nacional, que les atribuye presuntos delitos de sedición, rebelión, malversación de fondos públicos, desobediencia y prevaricación.
«Si vuelvo a España, seré arrestada. Eso es lo que dijo el juez, así que supongo que la policía vendría a buscarme», señaló.
En octubre la justicia ordenó una orden europea de detención contra ella, Puigdemont y los tres miembros de su gabinete, que sin embargo, fue retirada a principios de diciembre para evitar que la justicia belga limitara los delitos por los pudieran ser enjuiciados en España.
«Ayer, el Gobierno español emitió una declaración diciendo que no iba a intentar extraditarnos de inmediato, pero aún así dicen que lo harán a su debido tiempo. Lo que eso significa no lo sé», apuntó.
La exconsejera precisó que si la declarasen «culpable de los delitos» que presuntamente se le atribuyen «podría ser enviada a prisión hasta 30 años por sedición y rebelión».
«Sus acusaciones son que somos como terroristas y, mientras tanto, tienen detenidas a cuatro personas inocentes que no han sido enjuiciadas y reciben un trato peor que el que se da a los terroristas», argumentó.
Añadió que se les persigue «por crímenes imaginarios» al afirmar que «hubo una rebelión con violencia», pero negó que fuese así y destacó que «la única violencia» se dio «del lado de la policía española».