El jefe de la diplomacia española ha subrayado en primer lugar la necesidad de «preservar» la integridad de la unión económica y monetaria, lo que «exige el cumplimiento de las reglas», básico para que una organización funcione.
Tras rechazar la opción de que haya una quita de la deuda que Grecia ha asumido con sus acreedores (a España le debe 26.000 millones de euros) y «España debe recuperar ese dinero», ha dicho, el ministro ha abogado por buscar «fórmulas flexibles» que impidan la salida de Grecia del euro o que el pueblo griego «se encuentre en una situación de quiebra técnica y de grandes penurias».
Aunque el Reino Unido no pertenece a la zona euro, y los contribuyentes británicos no han participado en los rescates griegos, Hammond ha admitido que «es del interés de toda la UE» encontrar una solución que permita que Grecia pueda cumplir sus compromisos con la eurozona y que permita su permanencia en el euro, pues esta moneda debe ser «una divisa exitosa y estable».