Entre los condecorados figuran tres víctimas de los atentados yihadistas de Barcelona y Cambrils de agosto de 2017: Carmela Lopardo, Pablo Pérez Villán y Ana María Suárez López.
El Consejo de Ministros ha otorgado a título póstumo la Gran Cruz a los guardias civiles víctimas de ETA José Manuel Gómez Martiñán y Antonio Mateo Melero, asesinados en 1980 y en 1987, respectivamente, y a Juan María Araluce Villar, que en 1976 era presidente de la Diputación de Guipúzcoa.
Jesús Miguel Haddad Blanco es otro de los condecorados. Era director general de Instituciones Penitenciarias cuando lo mató el Grapo en 1978 por los disparos de tres personas que iban armados con una metralleta y dos pistolas.
También se ha reconocido a Adolfo Cotelo Villarreal, un abogado asesinado por un palestino cuando iba en su coche con una de sus hijas, que resultó herida en el atentado; y a Manuel David Portas, el soldado sevillano de 19 años que falleció en 2007 en un atentado en Líbano.