En dicho decálogo, la senadora socialista considera que «la ética pública debe ser el valor que rija el comportamiento de cuantos estén en política y que la ejemplaridad sea la exigencia número uno a quienes estén al frente del PSN y de las instituciones navarras». Los políticos, señala, «han de dar ejemplo y ser coherentes, mostrando con hechos lo que afirman de palabra, además de ser útiles para resolver los problemas de la ciudadanía».
Chivite se compromete, además, a «dar prioridad a las políticas sociales y a la protección de los más desfavorecidos, en una Navarra con un nuevo rumbo económico, productivo, vanguardista y sostenible que contribuya a disminuir la brecha social y hacer una sociedad más justa, igualitaria y donde haya oportunidades para todos, no para unos pocos».
Todo ello, señala la precandidata, «en un marco institucional fiel a los fueros y al autogobierno». Según afirma, su proyecto está sustentado en «una Navarra foral, que defienda siempre sus competencias y su Convenio, y donde no habrá entendimiento posible con nadie que cuestione ese modelo en el que no solo nos sentimos cómodos y con el que nos identificamos, sino que creemos que es una gran herramienta para el desarrollo económico y social».