Llegó el verano. Un verano sin elecciones a la vista hasta el año que viene. La canícula política será de sopor. Todo entra en la serenidad de esas tardes castellanas de la meseta en las que sólo el ruido de las chicharras rompe la siesta. Sestearemos políticamente durante un poco más de un mes al son de las chicharras que serán las Universidades de Estío. En ellas políticos y pensadores desgranarán sus inquietudes y teorías sin la presión de las votaciones parlamentarias, las decisiones gubernamentales y los actos judiciales.
Chicharras estivales
La primera Chicharra es la del PP en Guadarrama. En ella la FAES comandada por el Ex-presidente Aznar hará sonar una crítica moderada y susurrante que acabará en un abrazo entre éste y el Presidente Rajoy; no lo duden. De momento en la apertura el protagonismo fue para Cospedal, la Secretaria General del Oficialismo. Las cosas entre los populares no están para andarse con discrepancias. En la Menéndez Pelayo santanderina se oirán voces variadas, pero corteses y en las de los socialistas el runrún de las primarias, despejada la duda andaluza. Mientras los soberanistas catalanes habrán dejado esa palabra para pasarse a la de independentistas sin tapujos, después del nostálgico Concierto Taifa del sábado pasado
Es el panorama de las tardes veraniegas, porque por la mañana el país estará de playa si le dejan las resacas de las noches de juerga. Unas tardes propicias para pensar, para meditar sobre qué hacer cuando llegue septiembre. Porque en 2014 hay elecciones, las del parlamento europeo. No son de gran calado político, dada la lejanía de la actividad del la Cámara de Bruselas/Estrasburgo. Sin embargo serán significativas. Indicarán la tendencia electoral. Si se mantiene el bipartidismo o si se da un susto al PP, al PSOE y a… CiU.
Las aguas volverán a su cauce
Y en este sentido un pronóstico. Llevo meses adelantándome y anunciando una recuperación económica próxima. No en vano en alguna tertulia me tacharon de economista optimista. Ahora me adelantaré a la recuperación política del bipartidismo. Incluso pronostico un resurgir del PSC catalán, que recuperará su espacio electoral y se posicionará más de acuerdo con el PSOE nacional, aún conservando notas propias.
Luego la mejoría de las expectativas económicas devolverán los votos al PP y PSOE. Puede que no en las Europeas. Elecciones en las que el pueblo puede darse el gusto de castigar a los grandes sin coste. Pero ya en las municipales y, sobre todo en las autonómicas la cosa cambia. Valencia, por ejemplo tendrá que elegir entre un tripartito, con Compromís de cabecera, y el PP. Para el electorado de centro-derecha mayoritario en esa Comunidad no creo que haya duda. Así en muchas otras Autonomías y Ayuntamientos.
En síntesis, las aguas volverán a sus cauces. De momento la modorra estival nos espera. Lo difícil será que los columnistas encuentren cosas excitantes que contar. Se pasarán al chismorreo, que ahora se llama información confidencial, y eso no lo aguanta nadie; mejor una novela en la playa. Búsquese una bien gorda.