«Espero que les hayan servido a todos su café con leche», ha abierto hoy el fuego la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, en su primera comparecencia pública tras la derrota de la candidatura de Madrid a los Juegos Olímpicos de 2020.
Era una mañana en la que la expectación política y el foco mediático de un muy concurrido hotel Ritz estaban tanto en saber si la alcaldesa defendía o no relanzar Madrid a una nueva carrera olímpica como en ver sus reacciones a la «comidilla» en las redes sociales sobre su intervención en la última jornada en Buenos Aires.
Y ha sido la propia Botella la que ha encarado el ya famoso «relaxing cup of café con leche in Plaza Mayor» en tono jocoso.
«¿Café con leche? Yo conozco bien el sentido del humor en este país y yo me río también muchas veces de mí misma», ha asegurado tras defender que, más allá de análisis interesados, la presentación de la candidatura en Argentina fue «muy buena».
A pesar de que la comparecencia de la alcaldesa había generado una gran expectación, hasta el punto de que los periodistas fueron ubicados en un salón diferente y que hubo que ampliar las mesas de invitados, Botella llegó al salón del Ritz muy temprano, caminando sonriente y saludando a los periodistas.
Aunque ha llegado prácticamente sola, allí se ha visto arropada por numerosos dirigentes políticos y miembros de su partido, entre ellos la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría; el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón; el presidente del Congreso, Jesús Posada, los exministros de Economía y Trabajo Rodrigo Rato y Eduardo Zaplana, y la presidenta del PP de Madrid, Esperanza Aguirre.
También han asistido el presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, algunos miembros de su gabinete, y el portavoz socialista en el Ayuntamiento, Jaime Lissavetzky.
Ya ante las cámaras, la alcaldesa ha contestado a todo, o más bien a casi todo.
Ha bromeado con que charla con su marido, el expresidente José María Aznar, todos los días, no solo con motivo de las candidaturas olímpicas, y ha lanzado un pelotazo a terreno contrario cuando se le formuló una batería de preguntas sobre su futuro y el de la alcaldía madrileña.
La andanada de preguntas ha versado sobre si quería seguir al frente del Ayuntamiento, sobre los candidatos en 2015, sobre las primarias en el PP y sobre la posibilidad de competir con Esperanza Aguirre por una hipotética candidatura.
Y las respuestas de Botella han consistido en recordar que esa misma mañana había reafirmado su «compromiso político y personal» con la ciudad; asegurar que ella no está ni es el momento de «plantearse» el tema de las candidaturas; recordar que las primarias no existen en el PP y tendrían que ser aprobadas en un congreso y «pasar» la «patata» caliente sobre los posibles adversarios a Aguirre, sentada a unos metros.
En ese momento, un instante de silencio e intriga en el salón, que Aguirre no ha roto hasta el final del acto, en unas declaraciones a los periodistas en las que la presidenta del PP de Madrid ha recordado, ya por enésima vez, que ya no está en la «primera línea» política.
Por Evaristo Amado y Eduardo Sobreviela.