En este sentido, ha explicado que no comparte la decisión de celebrar dicha consulta porque «convierte una decisión personal en una decisión colectiva» y, además, «traslada la decisión y sus efectos al conjunto de los y las inscritas en Podemos».
Asimismo, considera que a través de la consulta se reafirma «el carácter personalista que ha venido imponiendo la dirección de Podemos, en un modelo de partido basado en el híperliderazgo y en un tipo de debates que fomentan la lógica del amigo-enemigo, del todo-nada, del conmigo o contra mí y que tienden a confundir a la actual dirección con el partido».
Camargo ha señalado que él no participará en dicha consulta al considerar que hace un uso desfortunado de los mecanismos de participación y que antepone formas plebiscitarias de decisión frente a marcos y espacios de deliberación que permitan avanzar en un Podemos más democrático y participativo, tal y como expone el comunicado.
A su juicio, frente a lo que califica de ataques y acoso por parte de una extrema derecha política y mediática, lo que toca es centrarse «en los problemas de la gente de abajo, en componer un programa de cambio y en impulsar espacios sociales para la movilización y la unidad popular para construir una verdadera alternativa de cambio como fuerza transformadora».
A su entender, el principal peligro para Podemos se sitúa en los riesgos que puede generar la acomodación en las instituciones, la profesionalización de la política o los intentos por hacer de Podemos «una fuerza política más» que nació, precisamente, para ser «una impugnación global al Régimen y a las políticas de saqueo y para ser la expresión política de los sectores populares más golpeados por el neoliberalismo y las políticas de austeridad».