Mercedes Alaya, la juez que investiga los ERE fraudulentos en Andalucía, acusa al exsindicalista Juan Lanzas, encarcelado el viernes, de haber tenido en propiedad hasta 16 inmuebles.
El auto de su ingreso en prisión, al que ha tenido acceso ABC, recoge que de los 16 inmuebles que tuvo Lanzas, 11 estaban a su nombre, cuatro a nombre de la sociedad Maginae Solutions, y un apartamento en la playa para sus padres.
Además, según recoge EFE, en el auto de Alaya se recoge que pudo haber conseguido casi 13 millones de euros, que en su mayor parte se quedaba aunque en ocasiones «distribuía entre otros intervinientes en el proceso, cargos públicos incluidos».
La juez cifra los ingresos recibidos por Lanzas a través de sus empresas intermediarias en 9.867.497 euros, más los tres millones recibidos de la familia Ruiz Mateos por su mediación, y casi 600.000 euros logrados al incluirse a sí mismo y a su esposa en el ERE de Hitemasa y a sus cuñados Angeles Sierra y Carmelo Cruz en el de Dhul, según el auto.
Colegas sindicales
El auto afirma que Lanzas incluyó como «intrusas» en Hitemasa a las esposas de Javier García de los Reyes y Rafael Mesa, ambos de la UGT y con los que el imputado había coincidido en el expediente de Hijos de Andrés Molina, lo que permitió a cada una cobrar 96.000 euros, cantidad «muy superior a la consignada en el certificado».
En el convenio de Dhul entró como «intrusa» la esposa de Damián Jiménez, de CCOO, con el que Lanzas había coincidido en las negociaciones de Coosur, y en el de Surcolor entraron Manuel López, esposo de una concejal del PSOE en Camas (Sevilla) y José Antonio Márquez, concuñado del exdelegado de Trabajo en Sevilla Antonio Rivas, dice Alaya.
Otros intrusos fueron Juana Pilar Viedma, administradora de la empresa Técnica Agrícola Ecológica, y la compañera de su padre, en este caso «como agradecimiento» por haber hecho «contratos simulados» a una parte de los trabajadores del Matadero de Fuente Obejuna que no podían acceder al Convenio Especial con la Seguridad Social. Explica el auto que «por decisión de Lanzas, los montaron a todos en un autobús y les hizo en la mencionada empresa los contratos simulados».
Otro de los intrusos fue Florencia Romero, esposa del presidente de la Asociación de Trabajadores que se formó en esa empresa y su inclusión «estaría en consonancia con la de esposas de sindicalistas anteriores».