La asambleísta Gabriela Rivadeneira, dirigente del ala correísta del movimiento oficialista Alianza País, reveló hoy a Efe que su grupo, con el expresidente Rafael Correa al frente, se separa de la misma por la entrega de la formación política «por asalto» al actual Gobierno de Ecuador.
«Hemos evidenciado cómo el poder político del actual Gobierno (de Lenín Moreno) ha incidido también en las otras funciones del Estado para que el día de ayer el Tribunal Contencioso Electoral (TCE) cediera a una presión política y entregara la organización por asalto al actual Gobierno», dijo en conversación telefónica.
Rivadeneira denunció que en los últimos meses ha asistido al «rompimiento del Estado de derecho en el Ecuador» y que, pese al dolor que les provoca abandonar la formación que fundaron, los integrantes de la facción correísta no pueden «legitimar» con su presencia «esta organización».
El TCE ratificó el lunes a la actual directiva del movimiento gubernamental, afín a Moreno, tras rechazar un recurso de apelación presentado por Rivadeneira contra la decisión del presidente de encargar la conducción del grupo a Ricardo Zambrano.
La diputada confirmó que anoche, tras la decisión del TCE, «la dirigencia histórica», con el exmandatario a la cabeza, inició el proceso de separación del movimiento Alianza País y pidió que el Consejo Nacional Electoral permita iniciar los trámites de recogida de firmas para la creación de un nuevo partido.
Las declaraciones de Rivadeneira coincidieron con la visita que hoy Correa hizo al CNE en la provincia costera de Los Ríos, donde solicitó el formulario para darse de baja de la formación que fundó en 2006 y con la que gobernó Ecuador hasta mayo pasado.
Uno de los militantes concentrados en el evento afirmó en voz alta que «Moreno se lleva el membrete (de Alianza País), pero no la Revolución Ciudadana», consigna bandera del movimiento que ahora abandona una importante facción histórica.
La separación en dos grupos del movimiento que gobierna Ecuador desde 2007 se produce tras varios meses de enfrentamientos verbales entre Moreno y Correa por desavenencias ideológicas y el procesamiento del entonces vicepresidente Jorge Glas por un caso de corrupción vinculado a la empresa brasileña Odebrecht.
A finales de octubre el ala correísta dio un golpe de timón al destituir a Moreno como líder de AP y dar a conocer una nueva dirección liderada por el excanciller Ricardo Patiño, medida no reconocida por los tribunales ni por el CNE, pero que dejó patente la profunda división política en la formación gobernante.
Correa se encuentra desde la primera semana de enero en el país haciendo campaña por el «no» en la consulta popular prevista para el 4 de febrero, que recoge entre otras preguntas, la de derogar la reelección indefinida de gobernantes.