Los marcadores de niveles de gas en el macizo siete del Pozo Emilio, en Llombera de Gordón (León), donde el pasado lunes tuvo lugar un escape de grisú «se volvieron locos» y se cree que el metano inundó «por completo todo el espacio» donde estaban los trabajadores fallecidos.
Según ha explicado hoy en León el presidente del Comité Intercentros de la Hullera Vasco Leonesa, Marco Antonio Martínez, en la mina siempre hay algo de metano pero a niveles muy bajos, por lo que en el momento en que este gas supera el 1,5 por ciento de la atmósfera salta la alarma con el fin de que los mineros abandonen la zona.
El día del accidente el nivel de oxígeno en la atmósfera no llegaba al 1 por ciento y el metano inundó prácticamente todo.
Fue tan brutal el escape de grisú que «no dio tiempo para reaccionar», ha asegurado Marco Antonio Martínez tras la reunión que ha celebrado el Comité Permanente de la Comisión Regional de Minería, al que pertenecen empresarios, sindicatos y Junta de Castilla y León.
El Pozo Emilio, de la Hullera Vasco Leonesa, tiene tres macizos, el siete, el nueve y el once, donde trabajan alrededor de 250 empleados en total.
El sindicalista ha explicado que es como si en una zona hubiera tres edificios de viviendas independientes, en uno de los cuales se produjo un escape de gas, y en los otros todo transcurre con auténtica normalidad.
La sala donde se produjo el escape, en el macizo siete, es reducida y tiene una superficie de unos 25 metros cuadrados, 10 de largo y 2,5 de ancho, todo ello con los correspondientes puntales para evitar derrumbamientos, lo que hace que el aforo sea menor aún.
En este espacio, en el momento del escape, había nueve trabajadores, a los que se sumaron otros dos que fueron a rescatarlos.
De estos nueve trabajadores que estaban en la sala murieron seis y tres resultaron heridos, aunque ya han sido dados de alta en el hospital.
De los dos que fueron a socorrerles, uno continúa en la UCI con pronóstico reservado y el otro ya fue dado de alta del Hospital de León.
En este lugar, no existía «la más mínima sospecha» de que pudiera ocurrir un escape de estas características, porque lógicamente «se hubiera evitado», ha dicho el presidente del Comité Intercentros.
De momento no se ha dado ninguna hipótesis como probable de lo que pudo ocurrir, porque ni siquiera se ha podido entrar a investigar.
«Ha podido suceder desde un desprendimiento instantáneo hasta una negligencia; todo ha podido ocurrir y esto es lo que se tiene que esclarecer», ha advertido.
En este macizo siete, el nivel de metano va variando y aunque ha habido momentos en que este ha estado por debajo de 1,5 por ciento de la atmósfera, que es lo permitido, en otras ocasiones ha superado el nivel «con creces».
Con todo ello, se calcula que hasta el lunes los equipos de investigación no entren y, a partir de ahí, será el momento de investigar las causas.