Lo van a hacer… pero no ahora. Los expertos económicos de la UE están contentos con las reformas de los países del Sur, pero siguen sin fiarse. Saben que cualquier respiro puede costar caro… y no están dispuestos a dar cobertura para que esto se produzca. Por ello, los técnicos han acordado retrasar la nueva metodología hasta que se conozca su impacto preciso para todos los Estados miembros, según fuentes comunitarias.
Durante el encuentro, la Comisión se ha ofrecido a poner a disposición de los Estados miembros toda la información que reclaman «lo antes posible». No obstante, las fuentes consultadas han señalado que esta evaluación «podría tardar unos meses». Ello haría imposible que el nuevo método se aplique ya para las previsiones económicas de otoño, que se publicarán el 5 de noviembre.
El cambio afecta a la forma de calcular el denominado ‘déficit estructural’, es decir, el desfase presupuestario de un país en condiciones neutras, sin tener en cuenta el impacto de la crisis económica.
Precisamente, desde el inicio de la recesión, el Ejecutivo comunitario está prestando especial atención al esfuerzo de corrección del déficit estructural por parte de los Estados miembros, incluso más que a los objetivos nominales (6,5% para este año en el caso de España).
El actual método de cálculo de Bruselas da como resultado que buena parte del déficit en los países en crisis como España se considera como estructural y no como cíclico. Ello se traduce en que se exige a estos Estados miembros un esfuerzo de ajuste mayor.
Así por ejemplo, con el método vigente, el nivel de paro estructural en España, incluso cuando la economía funciona a su máximo potencial, estaría en el 23%. La nueva metodología reduce la estimación de paro estructural y con ella la de déficit estructural, lo que exigirá hacer menos esfuerzos de ajuste.
El cambio va a producirse y España será la principal beneficiada
El Comité Económico y Financiero de la Unión Europea (UE) coincide en que el actual cálculo del déficit estructural «no funciona» para algunos países como España y seguirá trabajando con vistas a alcanzar antes de fin de año un acuerdo sobre un eventual cambio, informaron hoy a Efe fuentes comunitarias.
«De las discusiones de hoy se desprende que aún se requiere más trabajo técnico», señalaron las fuentes, que explicaron que lo que quedó claro en la reunión del comité de la semana pasada es que la actual metodología «no funciona para países como España». En los encuentros del comité mantenidos hasta ahora también quedó claro que una modificación del cálculo beneficiaría a España y a los países bajo un programa completo de asistencia financiera.
Pero no está tan claro cuál sería el impacto para los demás Estados miembros, explicaron las mismas fuentes.
En este sentido, la Comisión Europea (CE) accedió a «cuantificar el impacto o el resultado esperado para todos los países miembros» en sus respectivos déficit estructurales, indicaron. Además, un grupo de trabajo dependiente del Comité Económico y Financiero se encargará de los trabajos técnicos «con vistas a lograr un acuerdo antes de fin de año», añadieron.
Si se lograse para entonces un consenso sobre la modificación del cambio del déficit estructural, la CE aplicaría el nuevo método en sus previsiones macroeconómicas de primavera del próximo año, afirmaron asimismo las fuentes. La CE confirmó el pasado viernes que los Estados miembros están estudiando modificar el cálculo del déficit estructural.
Fuentes comunitarias explicaron entonces que el cambio de metodología ayudaría a tener datos más ajustados a la situación económica actual porque se tendría en cuenta el impacto de la crisis en el desempleo estructural y se mediría la diferencia entre el crecimiento potencial y el estructural.
«Países que como España están en una situación delicada parece que podrían verse penalizados de alguna manera por el sistema de cálculo actual», añadieron estas mismas fuentes, que también precisaron que la idea del cambio no parte de la CE, aunque ésta ha estado presente en las conversaciones.
Desde el pasado 1 de enero la UE aplica la llamada «regla de oro» del pacto fiscal, que obliga a limitar el déficit estructural anual (sin incluir los gastos e ingresos de carácter cíclico) al 0,5 % del PIB, lo que supone insistir en la austeridad. Si el cambio llega a concretarse, España podría tener cierto margen adicional en materia fiscal.