En concreto, el consumo privado, que representa alrededor del 60% del total de la actividad económica del país, aumentó un 1,1%, mientras que el debilitamiento del yen permitió una aportación del 0,1% por parte de las exportaciones.
De este modo, la economía japonesa registró entre enero y marzo un crecimiento anualizado del 4,1%, por encima del 2,2% registrado en EEUU.