El nadador sudafricano Cameron van der Burgh reconoció, una semana después, haber realizado brazadas ilegales para proclamarse campeón en los 100 metros braza.
Van der Burgh, que además batió el record olímpico con 58’93, admitió por tanto que realizó estos aleteos adiocionales a la salida. Estas brazadas de más son un movimiento ilegal, que te aporta una ventaja respecto a tus contrincantes y de haberlo visto los jueces, el nadador sudafricano hubiera sido descalificado, ya que solo se les permite hacer un aleteo antes de emerger a la superficie.
«Si no lo haces, te quedas atrás», dijo, «no es lo más ético, pero no estoy dispuesto a sacrificar mi desempeño personal y cuatro años de trabajo duro para que alguien que esté dispuesto a hacerlo se salga con la suya», declaró Van der Burgh.