Pablo López llega al mundo de la música con una gran mochila a sus espaldas (participó y quedó segundo en »OT 2008», ha teloneado a Jamie Cullum entre otros…) pero con la humildad del recién llegado que no acaba de creerse el éxito que está cosechando.
Su primer single »Vi» ha sido uno de los más escuchados este verano y su primer disco, »11 Historias y un piano», salió hace unos días y ha entrado directo al número 4 de la lista de ventas.
Pablo López quiere conquistar con sus temas con su eterno piano de fondo, elegantes toques de jazz, con letras sentidas pero no ñoñas y con mucho, mucho optimismo ante lo que está por llegar (y algún que otro sueño como tocar el piano junto a la voz de Adele) y que visto lo visto no pinta mal para este malagueño de apenas 29 años.
Teinteresa.es ha charlado con el cantante (y nos ha cantado, puedes verlo aquí) sobre sus canciones, sus historias y sobre esa comparación que se ha hecho en algún momento con Pablo Alborán (con el que al fin y al cabo sólo comparte nombre y localidad de procedencia).
¿Sientes vértigo al ver que tu primer disco ha entrado directo al número 4 de ventas?
Yo soy un tío a veces demasiado flojo o vago por naturaleza y siempre me han dicho que cuando te curras las cosas tiene su resultado. Y hay mucho trabajo detrás. Pero la verdad es que estás en manos de algo tan precioso como es el público y entrar en el número 4 es toda una sorpresa. Ya entrar en el top 10 era una pasada y era más o menos lo estimado. Y encima en una semana con ‘bichos’ como Dani Martín, Alejandro Fernández, Calamaro, Chenoa también sacando disco… ha sido una auténtica locura. Lo importante es que pasen tres meses y el disco siga funcionando y nosotros creciendo también y gustando a la gente.
Y encima estás en la discográfica de más ‘bichos’ como Alejandro Sanz, Bisbal…
Es que para mí entrar en Universal y ver los cuadros en la pared y ver mi foto entre Alejandro Sanz y Manuel Carrasco, alucino. Estoy como en el límite de no creerte algo, pienso como que me he vuelto loco, me veo super lejano de todo esto. Y encima ver en la lista de ventas estar cerca de Pablo Alborán, de Placeebo… Pufff, o ver el disco en el Fnac… para mí es surrealista todo (risas).
Tu single ‘Vi’ se ha escuchado mucho gracias a varios programas de televisión…
La televisión es un medio que es mucho más directo y te hace tener un contacto mucho más rápido con el público, se nota en las redes sociales, en las visitas en YouTube. Y el single, ‘Vi’ se ha escuchado en varios programas de gran audiencia que han hecho que la canción se vuelva mucho más conocida que yo, y es muy gracioso. Yo he teloneado a grandes artistas como Jamie Cullum o Keane y cuando al final canto esa canción, la gente como que a veces dice: “Anda mira, si es este el de la canción de la tele”. La televisión ha provocado ese efecto.
¿Por qué ’11 historias y un piano’?
Son 11 porque yo escribí unas 15 para el disco y realmente lo que le daba armonía y un seguimiento sólido eran esas 11. Lo hemos querido hacer como los álbumes antiguos, salvando las distancias, de grupos como los Simphonics, que tenían un hilo conductor todos los temas.
¿De dónde te viene la pasión por la música?
Creo que ya desde que empecé a hablar tenía una necesidad natural de tocar y relacionarme con la música. No recuerdo cuando lo decidí. Pero creo que sí que era pesado cantando en casa de pequeño (su hermano, que está con él en la entrevista, asiente entre risas). No hay nadie en mi familia que cante, ni toque ni nada. Fue un poco obsesión desde niño. Tengo la suerte de que mi gente me empujó y me apoyó mucho también.
¿Recuerdas cuándo compusiste tu primera canción?
¡Claro! Estaba en el instituto y no me hacía caso la chica que me gustaba. Así que decidí usar mis armas, no era ni el más listo ni el que jugaba mejor al fúbol, así que le escribí una canción. ¡Y por eso he seguido componiendo porque funcionó! A veces pienso que si hubiera hecho un par de canciones y no hubieran servido para nada, a lo mejor lo hubiera dejado. Es como quitarle un poco el romanticismo a la música, pero tanto en la necesidad económica como la necesidad social está siempre la creación.
Quedaste segundo en ‘OT’, ¿te presentaste para abrirte hueco en este mundillo?
Para nada, de hecho, cuando entré tenía 23 años y tenía mi vida estructurada en torno a la música. Vivía en la Costa del Sol y hay cantaba en muchos hoteles y garitos en directo y pasaba menos apuros que ahora. Vivía muy bien. Yo estaba muy en contra de ‘OT’, era el típico que se indignaba y hasta me enfadaba con mi madre cuando lo veía. Pero entre ella y algunos más me retaron y me dijeron que no me atrevía a ir. Así que al final acabé dentro viviendo la experiencia. Pero tuvo fecha de inicio y final.
Pero supongo que mucha gente se acordará de ti por ‘OT’…
Menos de la que se pueda pensar. La mayoría del público que ahora me está empezando a seguir me está descubriendo ahora mi participación en ‘OT’ y me dicen que me ven en YouTube cantando ‘Ojos Verdes’, por ejemplo.
¿De qué influencias bebe tu música?
El Jazz llegó a mi vida más tarde, igual que el flamenco, porque creo que tienes que estar maduro para entenderlo y ‘robar’ esas influencias. Pero me ha influido mucho la música británica de los 70 como Queen, Supertramp y la parte McCarthney de los Beatles y luego también Pink Floyd. También el rollo yanky de Billy Joel por el piano. Líricamente me han influido mucho Serrat, Silvio Rodríguez, Sabina… Autores que me parecen inalcanzables pero que te enseñan muchísimo. Yo escucho mucha música, creo mucho en las canciones más que en los artistas o los estilos.
¿Cómo es escuchar tus canciones en otras voces?
Al principio era una sensación rara. Ya me he acostumbrado (risas). Hoy en día, que Pablo Alborán, que es sin duda el número uno, haya cantado junto a Malú (el tema ‘Vuelvo a verte’), que también es superventas, un tema mío a dúo, fue una gran suerte. Y también con David que aparte de cantar mis canciones, me regaló su escenario durante 30 conciertos y me dio su apoyo y sigo trabajando para él, como para Malú. Es una sensación muy reconfortante y que te anima a seguir y te da un poco de red para continuar. Como que si te pegas un piñazo, sabes que les tienes a ellos ahí.
Se te ha comparado con Pablo Alborán, ¿esto pesa o es un halago?
Es algo tan tonto que es porque nos llamamos Pablo y somos del mismo pueblo en Málaga y casi de la misma quinta. Pero son casualidades. Creo que cualquier artista grande que se compare hoy con Pablo Alborán, puede salir mal parado. Así que imagínate yo que acabo de llegar. ¡Tengo la faena de llamarme como él! Que te comparen con él, que ha llenado dos veces el Palacio de los Deportes, que había gente hasta colgando del techo… ¡Es muy cruel que me comparen con él! (Risas). Oye, y debo decir que muchas de sus fans también están empezando a ser mías (risas), y eso es una suerte.
¿Tus temas son parte de tu vida?
Son autobiográficas porque las he vivido tan de cerca que podría considerarlas mías. Todas tienen nombre, apellidos y tienen cara. Lo quise hacer así para poder creérmelo más cuando lo cantara.
Es el momento de soñar, ¿cómo te ves de aquí a unos años?
Prefiero pensar en el día a día. Sé que lo de actuar en un estadio tiene que ser una pasada, pero a mí me gustaría llegar a un tope. Últimamente me decepciono mucho con algunos artistas a los que he visto en grandes escenarios. Yo no me veo así tocando para 30.000 personas porque creo que perdería un poco la identidad y lo que realmente quiero transmitir. A ver, que no voy a decir que no (risas) pero mi sueño sería tocar en teatros como he visto a muchos artistas. Me encanta tocar para la gente y que puedas mirarles a la cara.
Un poco lo que ha hecho Bisbal en su última gira…
Claro. Y conociéndole, te puedo asegurar que disfruta más un Teatro Real que un Madison Square Garden. El contacto con el público que hay en un teatro es único.
Pide por esa boquita… ¿Con quién te gustaría hacer un dueto?
Mi sueño sería hacer un dúo con Adele, creo que es la artista más completa que hay. Cuando cierro los ojos y me imagino sólo tocando el piano a su lado, sería un sueño total.