«Cuando me enteré del cierre de las escuelas, sentí como si el mundo se oscureciera porque se nos cerraban las puertas de la educación y del futuro», Yalda*, 18 años.
Afganistán es actualmente el único país del mundo en el que las niñas no pueden cursar estudios a tiempo completo a partir del sexto curso. Como resultado de las restricciones, 1,1 millones de niñas se han visto impedidas para continuar su educación desde el 23 de marzo de 2022.
Se calcula que en 2023 un tercio de la población afgana necesitará ayuda humanitaria, explican desde World Vision. Esto incluye seguridad alimentaria, atención sanitaria, educación, acceso a agua potable y protección. Más de 8,7 millones de personas necesitan asistencia educativa. La educación es fundamental para levantar a la población y garantizar un futuro sostenible. La educación conduce a economías más sólidas, sistemas sanitarios más fuertes, menor vulnerabilidad y niños más felices y sanos.
El futuro de Yalda, Sahar y de millones niñas y jóvenes en suspenso
En marzo de 2022, Yalda, de 18 años, llegó a la escuela después de las vacaciones de invierno, ilusionada por empezar su último curso de secundaria, pero le dijeron que volviera a casa, que no podía entrar en la escuela. Esto fue devastador para ella: no sólo no había podido terminar su último año, sino que su futuro también estaba en suspenso, ya que no podía empezar la universidad hasta que no terminara su educación secundaria.
«Cuando oí la noticia de que se cerraban las escuelas para las niñas, me quedé de piedra y empecé a llorar», cuenta Sahar*, una joven de 16 años. «Intenté visitar mi escuela dos veces el año pasado, pero no me dejaron entrar. Echo de menos mi colegio, mis amigos y mis profesores. Cuando iba a la escuela, estaba motivada y tenía la moral alta porque sabía que podía alcanzar mis sueños a través de la educación. Sueño con ser médico y servir a mi sociedad».
Como Yalda y Sahar, los sueños de millones de niñas afganas están ahora indefinidamente en suspenso, dejando un sentimiento de desesperanza. En la actualidad, el 80% de las niñas y las jóvenes afganas de edad escolar, unos 2,5 millones, se han quedado al margen de los centros de estudios.
Desgraciadamente, impedir que las niñas reciban educación ha provocado un aumento del matrimonio infantil y del trabajo infantil.
World Vision comenzó sus operaciones de ayuda de emergencia en Afganistán en 2001.