El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha defendido durante el encuentro la posibilidad de declarar un alto el fuego y ha argumentado que, de lograrse ese acuerdo, «se habría adoptado el paso más importante en esta cumbre: dar una sensación de paz».
Sin embargo, el mandatario ruso, Vladimir Putin, ha rechazado esta posibilidad y ha argumentado que Estado Islámico y el antiguo Frente al Nusra «no son parte del proceso de conversaciones», sino grupos terroristas.
Por su parte, el presidente de Irán, Hasán Rohani, que ha ejercido como anfitrión, ha sostenido durante su intervención que la ofensiva militar en Idlib es «parte inevitable de la misión para restaurar la paz y estabilidad en Siria».
Las señales de una inminente ofensiva del Ejército sirio contra la provincia de Idlib se han multiplicado en los últimos días, a pesar de las advertencias occidentales y turcas acerca de una probable catástrofe humanitaria.
Los gobiernos de Rusia e Irán respaldaron el lunes el derecho de Siria a lanzar una ofensiva en la provincia de Idlib para liquidar a los «terroristas» presentes en esta zona.