El gobierno brasileño ha llegado a un acuerdo con la empresa iRobot para la adquisición de 30 de sus PackBot, unos robots con 4 cámaras y un brazo electrónico que son capaces de desactivar explosivos.
Estos aparatos, por los que Brasil pagará 7,2 millones de dólares, serán utilizados para garantizar la seguridad durante la próxima celebración de la Jornada Mundial de la Juventud, con la presencia del Papa Francisco, en Rio de Janeiro en julio, aunque ya en junio prestarán sus servicios en la Copa Confederaciones.
Asimismo, los aparatos se utilizarán en 2014 para el Mundial de Fútbol y los Juegos Olímpicos. Eventos multitudinarios de interés nacional para los que toda medida de seguridad es poca, aunque lo ciertos es que en Brasil no hay antecedentes recientes de atentados con bomba.
El vicepresidente de defensa y seguridad de iRobot ha señalado en la BBC que «en la misión para la cual están siendo planeados en Brasil, son configurados como sistemas de desactivación de artefactos explosivos«.
El robot pesa 10,9 kg sin baterías y tiene ruedas tipo oruga, como las de los tanques. Mide 17,8 cm de alto; 52,1 de ancho y 88,9 de largo. Sin embargo, su brazo extendido puede alcanzar los 2 metros, y levantar hasta 13,6 kilos.
Pertenecen al modelo 510, y se mueven a una velocidad de 9,3 km/h, en cualquier ambiente y clima. Se activan por control remoto con un mando similar al de los videojuegos.
Estos robots, de los que la empresa ha producido un total de 4.500 unidades desde 1998, se han utilizado por las tropas norteamericanas en Irak y en Afganistán. Han sido asimismo usados en la búsqueda de los sospechosos de los atentados de la maratón de Boston y han entrado en la planta nuclear de Fukushima para evaluar los daños producidos tras el terremoto de 2011.
Para la JMJ, además de los robots se desplegarán hasta 15.000 militares y policías, un operativo que garantizará la seguridad no solo del Santo Padre sino también de los más de dos millones de jóvenes que se espera acudan.