La crisis económica, el aislamiento internacional y romper con el discurso de Ahmadineyad, son los principales motivos por los que Irán ha decidido negociar sobre su programa nuclear e iniciar un acercamiento a EEUE
EEUU, la UE y la ONU han impuesto una serie de sanciones económicas a Irán desde los años 70 que tienen como objetivo evitar el desarrollo de la industria nuclear iraní.
Los ingresos que produjo la industria del petróleo permitieron un rápido crecimiento de la economía de Irán a finales de las décadas de 1960 y 1970. Tras el cambio de régimen en 1979, el flujo de inversiones extranjeras y la instalación de nuevas industrias descendieron radicalmente.
La inflación ha aumentado por encima del 30 por ciento en Irán a causa del impacto de las sanciones económicas internacionales, según ha publicado el centro de estadísticas del Gobierno iraní.
En el periodo comprendido entre el 20 de marzo de 2012 y el 20 de marzo de 2013 la inflación ha alcanzado el 31,5 por ciento, de acuerdo con el centro gubernamental, citado por la agencia de noticias semioficial Mehr.
A finales de diciembre, la inflación era de 27,4 por ciento, según informes oficiales previos y de 26,4 por ciento en marzo de 2012.
Durante la mayor parte de última década, la inflación de Irán se ha mantenido por encima de los dos dígitos. A finales de 2010, cuando el Gobierno recortó los subsidios de alimentos y combustibles, la inflación comenzó a aumentar fuertemente y, desde entonces, las sanciones impuestas sobre Irán por su programa nuclear han devaluado su moneda e incrementado las presiones sobre los precios.
Las sanciones económicas tienen como objetivo poner freno poner a las importaciones de material utilizado en instalaciones nucleares
Las sanciones impuestas por Estados Unidos, la Unión Europea y también la ONU en los últimos años tenían carácter comercial, singularmente tratando de poner freno a las importaciones de material que pudiera ser utilizado para sus instalaciones nucleares. El nuevo programa de sanciones de Washington y los Veintisiete, aprobados entre diciembre y enero, se centran en golpear el sistema financiero iraní para ahogar los ingresos del régimen, impidiendo operar con el banco central del país y con otras entidades.
Irán es el cuarto mayor productor mundial y segundo de la OPEP. Cuenta con una de las mayores acoge las terceras mayores reservas de crudo convencional. Sin embargo, entre las sanciones a las que tiene que hacer frente el país está el veto a las importaciones de crudo por parte de la Unión.