El presidente de Kenia, Uhuru Kenyatta, comparecerá el próximo miércoles en La Haya ante la Corte Penal Internacional (CPI), que celebrará una sesión preliminar para dictaminar si le juzga o no por crímenes contra la humanidad como supuesto responsable de la violencia postelectoral de 2007.
Kenyatta confirmó hoy su asistencia durante una sesión especial en el Parlamento keniano, en la que se declaró «inocente» de toda las acusaciones que se le imputan.
Durante el tiempo que dure la audiencia preliminar, el vicepresidente, William Ruto, procesado también por los mismos delitos, asumirá la jefatura de Estado.
«Mi conciencia está limpia, como siempre lo ha estado, porque soy inocente de todas las acusaciones que se han hecho contra mí», manifestó el presidente keniano.
La Fiscalía del CPI le acusa de haber orquestado y financiado las turbas que en 2007 protagonizaron la grave ola de violencia postelectoral en la que murieron más de 1.300 personas.
Sin embargo, el pasado 5 de septiembre, la acusación pública pidió un aplazamiento del juicio al no disponer de pruebas suficientes.
«Esperaba que tras esa noticia se archivara el caso, pero no fue así», dijo Kenyatta, quien asegura haber colaborado con la Fiscalía durante todo el proceso para que se conociera «la verdad».
El presidente declaró que será «un honor» estar presente en la audiencia preliminar, si bien advirtió de que no comparecerá «como presidente», ya que no está dispuesto a permitir que se juzgue «la soberanía de cuarenta millones de kenianos».
Por este motivo, designó como presidente interino a Ruto, quien le suplirá mientras dure este trámite judicial.
El Parlamento de Kenia aprobó hace hoy un año abandonar el Estatuto de Roma, tratado fundacional de la Corte Penal Internacional (CPI), lo que, a partir de ese momento, le dejó fuera de su alcance jurisdiccional.