Más de 250 viviendas de las dos comunidades fueron incendiadas por milicianos de ambos bandos que atacaron a los civiles. Casi 40 colegios de la región fronteriza llevan una semana cerrados por la violencia, informa la emisora somalí Radio Shabelle.
Etiopía declaró el estado de emergencia en febrero y por un plazo de seis meses para intentar frenar los enfrentamientos entre entnias y facilitar el despliegue del Ejército en la región fronteriza entre los estados de Oromia y Somali, donde ya no tiene presencia la Policía.
Un dirigente tribal somalí, Mohamed Osman Alí, ha denunciado desde la localidad de Deka que los oromos han obligado a más de un millar de familias a marcharse en la región fronteriza.
Sin embargo, desde el estado de Oromia, un portavoz, Negeri Lencho, ha denunciado que «ciertas fuerzas» suministran en secreto a la Policía Liyu –paramilitares somalíes– armamento y refuerzos.