Alemania sumó el año pasado únicamente 797 donaciones, si bien el número de trasplantes alcanzó los 2.765 gracias al centro europeo. Aún así, más de 10.000 pacientes esperan una donación, en su mayoría de riñón o hígado, ha asegurado Spahn en una entrevista al periódico ‘Bild’.
La ley actual alemana contempla que el ciudadano tenga que establecer su deseo de ser donante de manera explícita, una premisa insuficiente en opinión del ministro de Sanidad. «Necesitamos un amplio debate en la sociedad sobre la necesidad de que todos sean considerados donantes si no desean lo contrario», ha explicado.
Spahn ha admitido el malestar que puede generar esta iniciativa, entre otras razones porque «supone una intervención del Estado en la libertad del individuo», por lo que ha llamado al debate político y social. En este sentido, ha instado a contrarrestar los miedos «con buenos argumentos».