Más de 3,5 millones de niños refugiados, de entre 5 y 17 años, no fueron ni un solo día al colegio durante el pasado año escolar. Es la conclusión de un informe publicado por la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) el pasado mes de septiembre. Datos realmente relevantes en el Día Universal del Niño.
En una encuesta publicada hoy por Unicef, un 40% de los menores admite estar preocupado por la crisis de los refugiados. Un 65% lo está por el terrorismo o la educación. Preocupación que no está en los campos donde todavía hay miles de niños que pelean por entrar en Europa.
De los tres millones y medio que cifra ACNUR, incluye a un millón y medio en la educación primaria y a dos millones de adolescentes que no pudieron avanzar en su formación secundaria. En el momento de su presentación, el alto comisionado afirmó que «de los 17,2 millones de refugiados bajo el mandato de ACNUR, la mitad son niños». Además, dese la ONU admitieron que se trata de datos “cruciales para el desarrollo pacífico y sostenible” de los países encargados de las acogidas y para sus hogares, en un futuro regreso.
En el Día Mundial del Niño, el informe ‘Dejados atrás: La educación de refugiados en crisis’ compara las propias fuentes de la Organización con las ofrecidas por la Unesco. Globalmente, el 91% de los niños van a escuelas, pero dentro de los refugiados ese porcentaje cae hasta el 61%.
Un dato que no mejora a pesar de las políticas puestas en marcha o la inversión de los países de acogida, donde la educación es obligatoria. En la medida en que los niños refugiados crecen, los obstáculos aumentan, dado que solo el 23% de los adolescentes están matriculados en la escuela secundaria frente al 84 % globalmente.
La agencia de la ONU recuerda, además, que en muchos casos los refugiados quieren «desesperadamente» asistir a clase, pero hay «demasiado pocos profesores, aulas, libros de texto y mecanismos de apoyo para atender la enorme demanda».