Efectivos de las fuerzas especiales afganas mataron a 15 talibán en Band e Timor, en Kandahar, y destruyeron un arsenal de armas cortas y material para la fabricación de bombas.
En Jogyani, provincia de Nangarhar, han muerto cinco miembros del Estado Islámico como resultado de un ataque aéreo. Por último en Sherzad, también en Nangarhar, fueron destruidos cinco cargamentos de hachís.
Por otra parte, tres civiles, incluido un niño, han muerto en una explosión en Daman, en Kandahar, según ha explicado el jefe de la Policía en la provincia, el general Tadin Jan. Ningún grupo ha reivindicado este ataque, pero las autoridades apuntan a los talibán.
El repunte de la violencia ha vuelto a suscitar dudas sobre la viabilidad de las conversaciones de paz en Afganistán que han resultado en un preacuerdo entre los talibán y Estados Unidos para la retirada de las tropas extranjeras del país.