La justicia argentina ha prohibido la salida del país de la persona identificada como propietaria del arma hallada junto al cadáver del fiscal Alberto Nisman. Se trata de Diego Lagomarsino, técnico informático y colaborador de Nisman en la causa AMIA, en la que la presidenta argentina Cristina Fernández podría haber encubierto a terroristas iraníes. La juez que lleva el caso ha ordenado que Lagomarsino sea custodiado de forma permanente, de lo que se encargarán 15 gendarmes que le vigilarán día y noche.
Lagomarsino fue una de las últimas personas que vio al fiscal antes de su muerte, el pasado 18 de enero, y también quien le proporcionó la pistola Bersa calibre 22 que se encontró en el baño de la vivienda de Nisman.
Según ha informado la fiscal encargada del caso, Viviana Fein, la prohibición responde a la necesidad de tenerlo ubicado ante un posible procesamiento. En declaraciones al periódico argentino, Fein afirmó que la “carátula del caso” es “muerte dudosa”. “No tengo por ahroa elementos suficientes para cambiarla por la de asesinato. Por ahora, tampoco tengo previsto llamar a declaración indagatoria a Lagomarsino”, dijo.
El técnico, que desde hace días era buscado por la Policía Federal, no opuso ninguna resistencia, según informa el diario Clarín, y en cuanto trascendió la prohibición de salir del país se puso a disposición de la justicia. Nada más conocerse la muerte de Nisman, Lagomarsino se presentó también voluntariamente para prestar declaración ante fiscalía.Según su testimonio, el fiscal desconfiaba de su seguridad-formada por diez policías asignados por el gobierno- y por la de sus hijas, le había pedido prestada el arma asegurándole que la guardaría en la guantera de su coche. El secretario de Seguridad, Sergio Berni, ha abierto expedientes contra dos de los 10 escoltas por no informar durante varias horas a sus superiores de que Nisman no respondía y, en su lugar, avisar a su madre. La mujer fue quien encontró el cadáver de su hijo en el baño de su vivienda, con un tiro en la sien.
La propia presidenta argentina se refirió a Lagomarsino en su segunda carta sobre el caso, publicada a través de su cuenta de Facebook, donde expresó su convencimiento en que la muerte de Nisman no fue un suicidio. «¿Por qué iba a pedir prestada un arma para suicidarse cuando el Fiscal tiene registradas dos armas a su nombre en el registro?», se pregunta Fernández en el escrito, en el que también solicita que se «otorgue mucha protección al señor Daniel Ángel Lagomarsino».
El papel de Lagomarsino podría resultar clave para comenzar a desentrañar las múltiples incógnitas del caso que ha conmocionado a los argentinos. A falta de que se concrete su situación procesal-si pasa de testigo a la categoría de acusado como instigador de suicidio o partícipe de homicidio- La fiscal Fein ha informado, no obstante, de que la gran dificultad se encuentra en la falta de pruebas concluyentes, como las del estudio forense, que permitirá saber si Nisman estaba drogado en el momento de su muerte o bajo los efectos de alguna sustancia tóxica, según informa también Clarín. El informe se conocerá en los próximos días.
Nisman , fiscal encargado de los atentados contra la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina en 1994, que se saldaron con 85 muertos y más de 300 heridos, debía presentarse en el parlamento el día 19 de este mes para informar de sus acusaciones contra la presidenta argentina, Cristina Fernández, el ministro de Exteriores Héctor Timerman y otros dirigentes del partido, a quienes consideraban responsables de haber diseñado una estrategia para encubrir a los funcionarios iraníes implicados, a cambio de favores comerciales.
Manchas de sangre en un espejo
Las indagaciones para tratar de desentrañar el caso Nisman han incorporado en las últimas horas varios datos que pueden resultar claves. El último son las manchas de sangre halladas en el espejo del baño donde fue encontrado muerto el fiscal y que los investigadores analizan. Según el análissi forense, la bala que mató al procurador no tenía orificio de salida, con lo cual las manchas resultan anormales.
Los peritos buscarán determinar la dirección, velocidad y la trayectoria del disparo y también si la víctima estaba quieta o se movía cuando se produjo, lo cual se puede establecer según las gotas de sangre halladas en la escena.
«El arma que se utilizó -una pistola Bersa calibre 22 largo- es de gran letalidad porque tiene fuerza de entrada pero no de salida. Además, tiene un trayecto errático», han explicado varios peritos expertos al diario Perfil.
Según las fuentes la salpicadura en el espejo «es improbable que suceda», salvo en el caso de que no muriese en el acto o que la bala tocase una arteria al entrar en la cabeza. «Pero esta pericia puede determinar si se trata de una escena plantada (fabricada) o no», agregaron las mismas.
Tras no haber encontrado restos de pólvora en la mano de Nisman, la fiscal del caso, Viviana Fein, se encuentra a la espera de la comparación del ADN y del examen balístico para determinar definitivamente si la bala que mató a Nisman salió del arma encontrada junto al cuerpo.
También se cuestiona la distancia a la que se efectuó el disparo, ya que si bien inicialmente se había apuntado que se realizó apoyando el arma sobre la cabeza o a pocos centímetros, nuevas pericias podrían indicar que la bala salió a unos 15 centímetros del cráneo, según informaron fuentes judiciales al diario Clarín.