Se ha convertido en la imagen del tornado de Oklahoma. De la desolación, pero también de la esperanza. La imagen de dos padres con las caras destrozadas, casi desfiguradas por las heridas y más por el dolor. El rostro de esa madre ensangrentada con el ojo totalmente tapado, pero su mano fuerte agarrada a su jiha que mira al frente y llora, descalza, desorientada, asustada. Y en primer plano ese padre con los ojos idos agarrando con fuerza a su otra hija, que mira como si no creyera lo que está viendo. El único gesto de normalidad, humano, es ese bolso que la madre lleva colgado, lo que da un toque de realidad insólita a una imagen desoladora. Una imagen también llena de esperanza porque la familia ha logrado salvarse y los padres, con su instinto de tales, han sido capaces de proteger a sus retoños.
Pero tras esta foto se esconde una heroína, porque esa mujer con la cara hinchada y el cuello ensangrentado acaba en esos momentos no solo de salvar a su familia, sino también a sus alumnos. Esta profesora llamada Ledonna Cobb protegió con su cuerpo a los niños después de que un techo cayera encima de su cuerpo. «Estaba todos los pequeños debajo de mi, así que me agarré con fuerza y ellos a mi cuerpo, estaba bañada en sangre porque el techo se me cayó encima». Su marido ha confesado a la cadena ABC que justo cuando tomaron esa foto quería ser el mejor padre del mundo, agarrar a su hija con fuerza, todo el mundo se apartaba a nuestro paso. Era como una película. Solo quería que mi hija, en mis brazos se sintiera a salvo.
«No podíamos creer estar vivos», señaló la pareja que se quedó con los pequeños de la escuela hasta que aparecieron los padres de todos los pequeños. «No podía dejar a los niños, todos son especiales para mí, dice la heroína. El milagro se cumplió y todos los niños de su aula la escuela Briarwood se salvaron.