La mañana empezó con el asesinato de cuatro rabinos en una sinagoga. Intentaron aniquilarlos con hachazos. No lo lograron. Cuando los dos atacantes vieron que así no podían eliminar a sus víctimas. A tiros mataron a cuatro. La policía pudo acabar con ellos. Ghasan Abu Jamal y Odai Abu Jamal, ambos residentes en Jabal al Mukaber y al parecer familiares de un preso palestino liberado en el intercambio por el soldado israelí Gilad Shalit eran los autores del atentado.
Tras el impacto llegó la ira de un barrio. Y los enfrentamientos entre fuerzas israelíes y grupos de palestinos en Jabal al Mukaber, el barrio de Jerusalén Este del que procedían los dos atacantes.
Los movimientos islamistas radicales palestinos Hamas y Yihad Islámica aplaudieron la acción y subrayaron que se trata «de la reacción natural a los crímenes que perpetran los ocupantes y los colonos».
En un mensaje colgado en su página de la red social Facebook, el portavoz de Hamás en Cisjordania, Husam Badram, vinculó el ataque con la muerte el lunes de un conductor palestino de autobús, que apareció ahorcado. Mientras que la policía israelí asegura que se trató de un suicidio, tanto la familia como los amigos denunciaron que fue víctima de un ataque de judíos extremistas.
Hamas bendice la operación contra Israel y llama héroes a los asesinos
«Bendecimos la operación en Jerusalén y apreciamos el heroísmo de quienes la llevaron a cabo. Es un acto selectivo de resistencia a la ocupación y la respuesta práctica a los continuos crímenes de los ocupantes, el último de los cuales ha sido ahorcar a sangre fría a un conductor de autobús ayer en Jerusalén», afirmó Badram.
Netanyahu amenaza y culpa a Hamas: responderé con puño de hierro
Casi al mismo tiempo, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, advirtió de que responderá «con puño de hierro» al ataque, el más sangriento perpetrado en la ciudad desde 2008, y acusó al presidente palestino, Mahmud Abas, y al movimiento islamista Hamás, de provocarlo.
«Esto es el resultado de las provocaciones lideradas por Hamás y Abu Mazen (Mahmud Abas), unas provocaciones que la comunidad internacional ignora de forma irresponsable», dijo Netanyahu en un breve comunicado previo a una reunión de Seguridad.
Tres de los fallecidos –Moshe Twersky, de 59 años, Aryeh Kupinsky, de 43, y Kalman Zeev Levine, de 55– habían nacido en Estados Unidos, mientras que la víctima restante –Avraham Shmuel Goldberg, de 68 años– tenía nacionalidad británica.
Entierro multitudinario
Las procesiones han discurrido por las calles de Jerusalén hasta el cementerio de Givat Shaul ante la presencia de una multitud, principalmente de judíos ultraortodoxos. El embajador de Reino Unido en Israel, Matthew Gold, también figuraba entre los asistentes. La ira se respiraba en el ambiente. Netanyahu, consciente de ello no ha tardado en reaccionar y atendiendo las peticiones del barrio de los asesinados ha ordenado la demolición de las viviendas de los dos «terroristas». Las fuerzas israelíes han detenido a 12 de sus familiares, según la agencia palestina Maan.
El Frente Popular para la Liberación de Palestina reivindica el ataque
El Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP), uno de los grupos armados palestinos, ha reivindicado este martes la autoría del ataque. «Declaramos la plena responsabilidad del FPLP en la ejecución de esta heroica operación realizada por nuestros héroes esta mañana en Jerusalén», ha afirmado Hani Thawbta, uno de sus líderes en la Franja de Gaza.
Hamás y la Yihad Islámica han considerado que el ataque es la consecuencia de la violencia de los últimos días contra los palestinos y los «crímenes» perpetrados por la «ocupación israelí». La tensión no cesa en Israel.