El que fuera máximo responsable de las fuerzas estadounidenses en Europa y máximo militar responsable de las operaciones de la OTAN entre 2009 y 2013 ha dejado claro que los aliados pueden «hacer más para mejorar» la percepción de Trump de la OTAN en un artículo publicado en la revista ‘Foreign Policy’ y titulado «Hora de auditar la OTAN».
La Alianza Atlántica «debe presionar más rápida y decididamente a todos los países de la OTAN a alcanzar el objetivo del 2% del PIB», ha defendido el almirante de la Marina estadounidense de cuatro estrellas retirado y actual decano de la Escuela de Derecho y Diplomacia Fletcher en la Universidad de Tufts.
Sólo cinco países de la OTAN cumplirán en 2016 la meta de destinar el 2% del PIB a defensa como mínimo –Estados Unidos (3,61%), Grecia (2,38%), Reino Unido (2,21%), Estonia (2,16%) y Polonia (2%)–, según datos de julio de la OTAN, que anticipa que España será el tercer país de la OTAN que menos porcentaje de su PIB destinará, un 0,91%.
«Debe ser la norma en toda la Alianza», ha zanjado Stavridis, que ha avisado de que «los argumentos sobre la importancia de los valores compartidos como la democracia, la libertad y demás no tendrán eco».
Stavridis ha recordado que Trump nunca ha escondido su opinión «baja» de la OTAN «en su forma actual» al considerarla «obsoleta» y ha defendido una especie de «sistema paga por jugar, en el que el compromiso de América con sus aliados se mide frente a su compromiso con gastar en defensa».
«Y Washington eventualmente podría incluso cobrar a los aliados por cualquier operación militar que realice en su nombre», ha avisado.
El excomandante supremo aliado en Europa ha puesto en valor la contribución de los aliados a la coalición que lidera Estados Unidos contra el Estado Islámico si bien ha admitido que «británicos, holandeses, canadienses, estonio y franceses están participando más en los combates que otros» y ha defendido que «usar el cuartel general de operaciones especiales de la OTAN, sus crecientes cibercentros, especialmente en Estonia, y sus centros de fusión de inteligencia robustos es eficiente y pragmático».
También ha defendido que la OTAN se centre más en las capacidades contra los ciberataques, las fuerzas especiales y los aviones no tripulados o drones y la posibilidad de «ampliar su flota de aviones no tripulados, que ya están utilizándose para vigilar el Mediterráneo». «El cibercuartel y el cuartel general de operaciones especiales, los ejercicios y el entrenamiento deben ser todos reforzados. Y todo esto se podría hacer a cargo de los europeos», ha defendido.
Asimismo, ha defendido que la OTAN incluya a socios como Japón, Australia, Nueva Zelanda, Finlandia, Suecia, Austria y Colombia en sus operaciones de forma «regular» porque forjar asociaciones con socios para responder a los desafíos de seguridad como el Estado Islámico, los ciberataques de Rusia y la creciente tensión en el Ártico «aumentarían la relevancia de la Alianza».