Brunson, un pastor cristiano de Carolina del Norte que ha vivido durante más de dos décadas en Estados Unidos, está procesado por sus presuntos vínculos con la organización liderada por Gulen, a la que el Gobierno cataloga como grupo terrorista y acusa de estar detrás del fallido golpe de Estado de julio de 2016, y con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).
La decisión de situarle en régimen de arresto domiciliario la ha adoptado este miércoles un tribunal penal de la provincia de Esmirna. La corte también ha impuesto al pastor la prohibición de abandonar el país.
El tribunal ha rechazado la petición de poner en libertad a Brunson y ha decidido continuar con los testimonios de testigos en la próxima vista, convocada para el 12 de octubre. Brunson fue detenido hace casi dos años y afronta hasta 35 años de cárcel si es declarado culpable. El pastor estadounidense niega los cargos que se le imputan y denuncia que son «vergonzosos y repugnantes».
La semana pasada, el presidente estadounidense, Donald Trump, reclamó su liberación y el Senado de Estados Unidos aprobó una ley en junio que incluye la prohibición de vender a Turquía cazas F35 por el encarcelamiento de Brunson y por la adquisición de sistemas de misiles de defensa aérea S400 por parte de Ankara.