Construir es difícil y criticar es fácil. Habrá condonaciones de deuda pero sometidas a unas condiciones. Nada es gratis en Europa. Pero es posible que las condonaciones, los tiempos y las formas cambien. La socialdemocracia clásica está en peligro: no ha sabido plantar cara a los postulados de la derecha y ya ha sido aniquilada en Grecia. Por su incompetencia y por su falta de proyecto.
Renegociar la deuda e impulsar el crecimiento, en eso consiste el programa económico de Syriza. Entre otras medidas, prevé un aumento del salario mínimo hasta los 750 euros, desde los 684 actuales. También una paga extra para los pensionistas que cobren menos de 700 euros, y exención fiscal para aquellos que cobren menos de 12.000 euros anuales, en vez del límite de 5.000 euros actual. El reto es enfrentarse a una Europa que ya ha hablado. Bruselas es Bruselas, que se lo pregunten a Rajoy y ZP. Política con mayúsculas y Merkel una rival de altura que tampoco se enfrenta a un Banco Central Alemán que no controla. Syriza puede aparentar lucha y Europa comprensión pero ante cualquier exceso los analistas lo tienen claro: se cierra el grifo. Adiós al dinero, adiós a las promesas. Nadie querrá llegar a ese punto.
Podemos ya ‘sueña’ con una victoria similar a la de Syriza. Ambos partidos se oponen a los “dictámenes de austeridad de Bruselas”. Pero Grecia y España no son comparables (aquí más que la deuda son las subidas de impuestos junto a una amnistía fiscal, la corrupción galopante, lo que ha erosionado a los dos grandes partidos, el descrédito de las instituciones y de sus dirigentes). España ha demostrado su solvencia y crece, Grecia no tiene casi Hacienda y debe más de 245.000 millones a sus socios, España, poco más de 40.000 millones.
“Syriza es distinta de Podemos. Ya ha tenido un recorrido de gestión, mientras que Podemos es más reciente. El entorno también es distinto porque el PASOK (partido socialista griego) estaba muy deteriorado en términos de gestión política, y allí está el caladero de Syriza. Podemos y Syriza coinciden en que son un fenómeno de protesta, crítica institucional y cansancio pero la situación, entre ellos es distinta. La estructura de partidos española es más solida”, cree José María Peredo, Catedrático de Comunicación y Política Internacional de la Universidad Europea.
Es cierto que en España, el PSOE dice que no son el PASOK, y que Syriza no es Podemos. Pero l pudiendo tener razón, el suelo político del PSOE no tiene límite y Pablo quiere ocupar el espacio del PSOE. El PP le ayuda en ello, ninguneando a Pedro Sánchez al que su propia gente hace la cama de manera descarada. Veremos si no lo paga, porque su fracaso puede pagarlo Europa entera… y los que hoy mandan en ella.
En Portugal, Antonio Costa, el Secretario General del Partido Socialista, ha aplaudido la victoria del partido de Alexis Tsipras. “Es la señal de un cambio en Europa (…) hay que poner en marcha otras políticas y frenar una austeridad que no ha conseguido impulsar el crecimiento ni sanear las finanzas públicas. También las otras formaciones de la izquierda portuguesa han celebrado la victoria de Syriza. Desde le partido Comunista al Bloque de izquierdas. Portugal no tiene un frente similar a Podemos pero sí es un país ‘rescatado’ guiado, de sde 2011 por la batuta de la troika y con una deuda sobre su PIB del 130%.
También desde Irlanda, quizás el país que mejor ha salido de los rescates europeos, se aplaude el triunfo de Syriza. Allí, el partido “Anti-Austerity Alliance” ha ganado apoyos. Su líder, Paul Murphy, estaba anoche en Atenas celebrando la victoria.
Pero, “como reflexión europea, es posible que los populismos tomen nota, pero no creo que sea un efecto uniforme porque los populismos no tienen cohesión a nivel internacional. La mayor cohesión es la de Syriza y Podemos, pero la situación, entre ellos difiere”, asegura Peredo.
“Hay enormes divergencias entre unos y otros. Ponerlos en una misma cesta es un error común. Creo que es una locura”, afirma Evangelos Liaras, investigador del Centro de Estudios Políticos y Constitucionales (CEPC).
FT: Es un desafío al establisment del euro
El desafío al establisment del euro como dice el FT es lo que Grecia ha puesto de manifiesto. Una Europa mal construida desde el inicio, capaz de aceptar socios que falsean cuentas, sin que la unión bancaria y unión política se acabe de plasmar en el papel.“En lo poco que podrían coincidir los partidos es en su oposición a la Unión Europea y sus instituciones. Responsabilizan a Europa, y pienso que en ese sentido si puede influir de alguna manera, si las medidas tienen algún efecto”, añade Peredo
En Francia no creen que Syriza sea comparable ni afecte en nada a Le Pen
En Francia, Hollande está en números rojos. Y Valls es un socialdemócrata liberal. Ese puede ser el camino de otros. Mientras, el fantasma de Le Pen crece, Sarko, acosado por los jueces se presenta como alternativa dando lugar a la sensación de que siempre mandan los mismos pase lo que pase.
¿La victoria de Syriza en Grecia puede provocar un “efecto contagio” en Francia? “Es difícil de decir. Sin duda, muchas formaciones de izquierda y la primera, el Partido de Izquierda, espera un efecto contagio y demostrar que la llegada al poder de un partido de izquierdas radical y anti-austeridad es algo posible”, asegura Nicolas Chapuis, de Le Monde, “Jean-Luc Mélenchon, líder del Partido de Izquierda, se ha apresurado a hablar de un “efecto dominó” y de una “Primavera de Europa”. Desde los Verdes, se cree que la “primera buena noticia griega es revivir un verdadero debate europeo» y que ahora «un nuevo consenso pueda surgir».
Esos líderes ya habían expresado su apoyo a Syriza, en una convocatoria en París. “Pero en Francia no se cumplen actualmente las condiciones de emergencia para reunir una gran coalición de izquierdas”, analiza Chapuis.
Algunos partidos de la derecha francesa han visto también en la victoria de Syriza, la oportunidad para reafirmar su euroescepticismo. El apoyo de Marine Le Pen al partido griego debe interpretarse, opinan en el diario galo, como una estrategia para desmarcarse de Aurora Dorada, una formación a la el Frente Nacional no quiere que lo asocien. La presidenta de la formación ultraderechista interpretaba el triunfo de Syriza como una “enorme bofetada democrática a la Unión Europea”. “Significa la apertura del juicio a la euroausteridad”, expresaba Le Pen.
Nicolas Dupont-Aignan, diputado por Essonne y presidente del partido gaullista euroescéptico, “Francia Arriba”, también ha elogiado la victoria de Syriza, porque “no se trata únicamente de la victoria de un partido de la izquierda radical, sino del despertar de un pueblo que ya no puede más”.
Cameron ya se ha vuelto más radical por culpa del UKIP
En Reino Unido los antieuropeos ganan enteros. Cameron, que ha radicalizado sus propuestas y ha amenazado con un referéndum de salida del euro, advertía hoy, en cambio, que la victoria de Syriza “aumentará la inseguridad económica en Europa”. Según las encuestas, los conservadores y socialdemócratas se encuentran prácticamente empatados en el país. Pero Cameron se ha vuelto más radical para frenar a UKIP.
«En Italia la izquierda es mucho más moderada y le faltan líderes que conecten»
El “efecto Syriza” se deja sentir con menos intensidad en países como Italia o Alemania. “La izquierda puede tener un cierto empuje en Italia, pero si al final la experiencia de Tsipras demuestra que no es positiva, podría dar lugar a una derrota”, explica Andrea Nicastro, periodista de Il Corriere della Sera, “pero es difícil pronosticar si la política de desafío que Tsipras ha planteado a Europa tendrá éxito o no. Creo que vamos a ver un pequeño “show” de política para mostrar que Europa se desnuda en cierto modo y que Grecia es muy dura, pero que ambos saben que existe ya la posibilidad de un acuerdo. Un acuerdo en el que sólo Grecia se beneficie, no otros países”.
“La izquierda italiana no ha sabido construirse como una alternativa, no tenemos un Tsipras, tenemos un Renzi, que no es de extrema izquierda, y existe el sentir de que el Partido Democrático no ha sabido mantener una auténtica política de izquierda. La izquierda italiana no tiene líderes”, explica este periodista.
Nicastro, que se encuentra aún en Grecia, donde ha cubierto la jornada electoral, comenta que ayer, en la plaza Klafthmonos, donde Syriza celebró su triunfo, “había casi tantos italianos y españoles como griegos. En España tienen a Pablo Iglesias, que ha sabido, como Tsipras, conectar con todo el descontento”.
Desde Alemania un consejo para los partidos tradicionales de Europa: «Sean ustedes creíbles»
En Alemania, los ecos del partido izquierdista suenan aún más lejanos. “Aquí no ocurrirá algo así. No tenemos un partido que pueda asemejarse a Podemos o a Syriza porque creo que no hemos tenido una gestión tan nefasta durante la crisis, y la izquierda que pueda parecerse no está ni mucho menos en condiciones de gobernar”, afirma Andreas Klinger, periodista alemán que trabajó en el diario Bild.
“Creo que los griegos han expresado su rechazo a la política de austeridad y es legítimo que lo expresen. Ahora lo interesante será ver qué hacen. Si lo hacen bien, es posible que sí tengan un efecto contagio en otros países. Si no es así, ocurrirá lo contrario. La única forma que tienen los partidos tradicionales para enfrentar a estas nuevas formaciones es hacer creíble un cambio en sus filas, hacer políticas que la gente perciba que de verdad les afectan positivamente”, afirma.
Es como la pescadilla que se muerde la cola. Los populismos suben porque la crisis ha arrasado las clases medias del sur, mientras que en el norte lo hacen porque consideran que ya es hora de que los países del sur se mantengan por sí mismos, sin más ayudas de nadie.
“Este fenómeno de partidos nuevos que intentan ir un poco más allá de la política tradicional es algo que pasa en aquellos países con problemas similares al nuestro”, razona Ignacio Urquizu, profesor de Sociología en la Universidad Complutense de Madrid, “Es curioso que, en los países del norte de Europa, se está yendo hacia la extrema derecha, mientras en el sur se tiende a lo contrario”.
“Esto se basa en una teoría según la cual en aquellos países que son deudores la tendencia es ir hacia movimientos que que quieren reestructurar la deuda, mientras que aquellos otros que han dejado dinero se ponen duros y tienden a partidos conservadores. Es una diferencia entre acreedores y deudores”.
La irritación hace sumar votos a opciones que se pueden convertir en una bomba de relojería para la construcción europea. Parece loco hablar de una desmembración europea, pero el freno a los populismos parece una de las claves para evitarlo. Eso o su moderación en el Gobierno, lo que también supondría un cambio en la forma de gobernar Europa hoy. La lucha es doble: La UE como futuro y la ideología que en ella predomine. Y eso en plena crisis.