Los bombardeos del gobierno del presidente sirio, Bashar al Assad, no dan tregua en la ciudad siria de Homs, la más golpeada por los ataques del régimen desde que comenzaron las protestas de la ‘primavera árabe’ siria en marzo del año pasado.
El Consejo Revolucionario de la ciudad, que representa a las fuerzas de resistencia antigubernamentales, no ha podido detallar este martes el número de heridos por la gran cantidad de bombardeos y la persistente presencia de francotiradores que disparan a cualquiera que ose a salir a la calle. Aunque sí ha informado de la muerte de al menos 14 personas durante la jornada del lunes.
En el barrio de Inshaat el 70% de residentes han sido obligados a abandonar sus viviendas, convertidas en barracones para albergar a las tropas del ejército de Al Assad. Además, los matones del régimen han asaltado el 80% de las casas arramblando a su paso con el mobiliario y con todo lo que han
podido.
Los pocos residentes que todavía permanecen en el barrio se refugian en los sótanos de los edificios, donde decenas de familias se hacinan sin electricidad ni agua corriente.
Aparece un cadáver con una marca en el estómago en la que se puede leer «desconocido 348»
El drama humano que está viviendo la ciudad es insostenible. En el distrito de Malaab, dos bombas de mortero golpearon una casa cerca de una fábrica de zapatos, en la que han perecido cuatro miembros de una misma familia, entre ellos tres niños de 11, 12 y 14 años.
Por otra parte, el cuerpo de Muhammad Radwan al Jizawi, desaparecido hace 20 días, fue devuelto a su familia con terribles signos de tortura. El hombre presentaba indicios de haber sido asfixiado y graves moratones en los brazos. El cadáver fue entregado por el Hospital Nacional de Homs, el centro sanitario público más grande de la ciudad.
Sobre su estómago se podía leer una marca en la que ponía “desconocido 348” y en la muñeca portaba un tira de papel con el mismo número. Esta marca tiene desconcertada a la oposición, que intenta investigar si en este hospital, controlado por las fuerzas de Al Assad, pudiese haber centenares de cuerpos sin identificar.
Los ataques del gobierno continúan también en los pueblos de alrededor de Homs. En la localidad turística de Tadmur, los shabiha, matones del régimen, continúan con su asalto al sitio arqueológico de Palmyra, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Los testigos observaron la llegada de más material de excavación con el que se están saqueando las ruinas para traficar en el mercado negro con las valiosas piezas de una de las mayores joyas arqueológicas de Oriente Medio.