Es el primer coche volador, preparado para comercializarlo, en hacerse realidad, de hecho ya se está vendiendo, aunque se empezará a entregar a los clientes a partir del año que viene. Tras muchos intentos y premoniciones, finalmente será 2019 el año fijado para ver el primer coche en los cielos. ¿Es un pájaro? ¿Es un avión? Ahora también habrá que preguntarse si se trata de un coche, en concreto, el Pal-V Liberty. Un proyecto que empezó en 2008 y del que conocimos sus grandes avances en 2011, cuando presentaron el prototipo.
Cierto es que nuestra imaginación mancillada por la ficción del cine nos ha llevado siempre a pensar que el coche volador se iba a parecer más a un avión propulsado que a un helicóptero, como parece el Pal-V con su hélice. En primera instancia esta misma nos asusta (con los helicópteros hay que tener mucho cuidado y siempre entrar agachado), sin embargo el Pal-V Liberty cumple con todos los requisitos que piden las legislaciones europea y estadounidense, sobre las que también hay que saber que aun no han avanzado en la legislación para vehículos voladores pilotados e individuales.
Queda menos de un mes para poder examinar el primer coche volador, poder tocarlo e incluso subirse en él. Se desvelará en el Salón de Ginebra 2018, a partir del 8 de marzo, para todos aquellos privilegiados que vayan a asistir a la feria del motor más importante del mundo, sin embargo y para su desdicha, no lo verán volar.
A pesar de sus tres ruedas y su apariencia de utilitario, el Pal-V tiene unas prestaciones considerables, como sus dos motores que otorgan una potencia total de 100 cv. En su modo carretera alcanza los 160 kilómetros por hora, y puede alcanzar los 100 kilómetros por hora desde parado en apenas 9 segundos. Eso sí, consume: unos 7,6 litros a los 100. Motor de gasolina tradicional de 95 ó 98 heptanos, o de bioetanol E10. La capacidad del depósito es de 100 litros.
En modo avión consume unos 26 litros a la hora, por lo que tiene autonomía para 4 horas y 500 kilómetros, dependiendo, claro, del clima. En los aires es capaz de alcanzar los 180 kilómetros por hora y los 3.500 metros de altura, y para aterrizar necesita al menos 30 metros para aterrizar, aunque se recomienda hacerlo en una pista de al menos 165 metros. A pesar de que presumen sobre que no les afecta el 80% de las turbulencias que sí lo hace a los aviones, lo cierto es también que en caso de lluvia no es recomendable la utilización del Pal-V. Otras limitaciones del primer coche volador es su carga máxima: 246 kilos, distribuidos en la carga que pueda llevarse más los dos pasajeros (conductor y copiloto).
Su precio estimado será de 240.000 euros, eso sí en su versión más estándar y sin posibilidad de poder instalar extras. Su versión completa, con buenas calidades y todo tipo de extras, cuesta casi el doble: unos 480.000 euros. Si estás pensando en comprártelo, date prisa porque solo han sacado 90 a la venta y muchos ya están vendidos. Como hemos dicho antes, se empezarán a entregar a partir del año que viene.
Otro proyecto avanzado: el TF-X
La multinacional automovilística china, Geely, propietaria de la escudería Volvo entre muchas otras, relanzó hace unos meses su experiencia de coches voladores a través de la compra de una empresa tecnológica estadounidense llamada Terrafugia, que ya consiguió inventar en 2013 el primer coche volador capaz de aterrizar en vertical, el prototipo TF-X. Ahora la idea es relanzar este mismo prototipo para comercializarlo en 2023. Le enseñamos el prototipo en esta simulación visual.