El británico Chris Ghika, alto cargo de la coalición, ha resaltado que la organización terrorista «ha metamorfoseado en una red clandestina que debe ser erradicada y destruida», al tiempo que ha apostado por una gobernanza firme para una estabilización a largo plazo en Siria e Irak.
Así, ha abogado por progresar a raíz de la derrota militar de Estado Islámico en Siria el 23 de marzo –cuando perdió el control de Baghuz, su último enclave en el país–.
«Debemos reflexionar sobre este gran éxito», ha dicho Ghika. «Durante cinco años, el reinado de terror (de Estado Islámico) inculcó un terror desenfrenado en iraquíes y sirios inocentes», ha lamentado.
«A día de hoy ha quedado reducido a una organización clandestina, expulsada de los centros de población y escondiéndose en cuevas y montañas. Las aspiraciones a un califato global han sido destruidas», ha zanjado.
Sin embargo, ha alertado sobre la organización de una «red de células» en ambos países con el objetivo de atentar contra altos cargos y «socavar la seguridad y la estabilidad en Irak y Siria».
En este sentido, Ghika ha resaltado que los yihadistas siguen llevando a cabo emboscadas contra patrullas de las fuerzas de seguridad, perpetrando atentados suicidas y llevando a cabo secuestros.
Por último, ha reconocido que la ideología del grupo yihadista sigue inspirando a diversas personas en todo el mundo, poniendo como ejemplo los atentados del Domingo de Pascua en Sri Lanka, ejecutados contra iglesias y hoteles, que dejaron más de 260 muertos.