Según estos datos, recogidos por el diario local ‘Jyllands-Posten’, el bloque de centro-izquierda se haría con un total de 90 escaños, por los 75 del bloque que encabeza Rasmussen.
Por su parte, el partido anti-inmigración Partido del Pueblo Danés ha sufrido un duro varapalo electoral, lo que ha llevado a su líder, Kristian Thulesen Dahl, a aceptar que «se tendrá en cuenta el mensaje de los votantes».
«No abandonaré el barco en un clima tormentoso. Asumiré responsabilidades para traer de vuelta al partido», ha sostenido, según ha informado la agencia alemana de noticias DPA. Los resultados le dan la mitad de los apoyos que obtuvo en las elecciones de 2015.
Unos 4,2 millones de personas estaban llamadas a votar para elegir a sus 179 representantes parlamentarios. Una media de encuestas publicada recientemente por la agencia Ritzau situaba al bloque de izquierdas al frente, con un 55,1 por ciento de los votos que se traduciría en 99 escaños.
Así, la líder socialdemócrata, Mette Frederiksen, parte con opciones de convertirse en la segunda mujer en lograr la jefatura de Gobierno en Dinamarca, después de los cuatro años que estuvo en el poder su compañera de partido Helle Thorning-Schmidt, apartada precisamente por Rasmussen en 2015.
Con Frederiksen al mando, el Partido Socialdemócrata ha adoptado posiciones más críticas con la inmigración, cercanas incluso a planteamientos del gobernante Partido Liberal y del Partido Popular Danés, lo que ha generado ciertos recelos en aliados tradicionales como el Partido Social Liberal que piden ahora un nuevo cambio de rumbo.
El Partido Liberal de Rasmussen llega a los comicios generales aupado por un buen resultado en las europeas, pero lastrado en cambio por los malos datos de sus compañeros de coalición: el Partido Conservador y la Alianza Liberal. El Partido Popular Danés, apoyo parlamentario del Gobierno, también cotiza a la baja y algunos sondeos apuntan que podría perder la mitad de su apoyo tras hacerse en 201 con el 21 por ciento de los sufragios.
Parte de los votos logrados en su día por el Partido Popular Danés podrían caer del lado de dos formaciones de ultraderecha –Nueva Derecha y Línea Dura–, con una visión aún más crítica en materia migratoria.