Los residentes de Kesennuma en la prefectura de Miyagi, al noreste de Japón, han decidido mediante votación desguazar el barco pesquero Kyotoku Maru No 18, que fue arrastrado hasta las calles de la población por una ola gigante del tsunami que devastó la costa oriental japonesa en marzo de 2011 y provocó el accidente nuclear en la central de Fukushima Daichi.
Otras alternativas, como convertir la gran embarcación en un monumento han sido descartadas. Las tragedias que ensombrecen la memoria de esta población, en el epicentro del desastre natural que se cobró hasta 18.000 vidas y que tuvo como origen un terremoto de magnitud 9.0 en la escala de Richter, han condenado al Kyotoku.
El Kyotokumaru, de 330 toneladas, fue barrido por el tsunami desde el muelle municipal y arrastrado unos 750 metros a un barrio residencial de Kesennuma. Y pasó a ser un punto de referencia en esta ciudad portuaria de 70.000 habitantes, además de testimonio del poder destructivo del tsunami.
Los edificios cercanos destrozados por el tsunami fueron retirados, pero el atunero de 60 metros de eslora se mantuvo majestuoso en tierra firme durante más de dos años. La opinión sobre la embarcación ha sido tan dividida que su suerte fue sometida a votación entre los habitantes. De las 14.083 respuestas, el 68%, 9.622 personas, votaron a favor del desarme. Solamente el 16% quiso conservarlo.
Yoshimi Abe, un ama de casa de 72 años y residente de Kesennuma, figuró entre los que querían la retirada del pesquero. “Es un recuerdo constante del terrible desastre”, dijo. “Cuando camino ante él cada mañana, se me encoje el corazón”, agregó.
En otra postura se encuentra Shigeru Saito, de 80 años, partidario de conservar la embarcación, que consideró una ventaja para atraer negocios. “Mi hijo es propietario de un comercio en el mercado temporal cerca de Kyotokumaru. Muchos de sus clientes son visitantes que se acercan a ver el barco”, afirmó.
El terremoto se localizó 400 kilómetros al noreste de Tokyo, el tsunami posterior golpeó la costa oriental de la isla de Honshu, la principal del archipiélago nipón, arastrando coches, barcos y edificios y destrozando pueblos costeros. Kesennuma, fue una de las más duramente golpeadas.
El Kyotoku será desmontado en pocas semanas. La agencia de noticias Kyodo ha confirmado que un grupo sin ánimo de lucro experto en reciclar material de barcos será el encargado de hacer desaparecer su sombra de las calles de la ciudad, aunque las secuelas del desastre permanecerán en la memoria de sus habitantes.