En reacción a la noticia de que los ataques rusos de los últimos días contra infraestructuras energéticas en Ucrania han dado lugar a un apagón que ha afectado a todo el país, Marie Struthers, directora de Amnistía Internacional para Europa Oriental y Asia Central, ha manifestado:
“La estrategia tras las últimas tácticas bélicas de Rusia no deja lugar a dudas. Con los bombardeos de infraestructuras civiles esenciales en Ucrania, como las centrales energéticas, el ejército ruso pretende socavar la producción industrial, alterar el transporte, sembrar el miedo y la desesperación y privar a la población civil de Ucrania de calor, electricidad y agua a las puertas del frío invierno”.
Entre las iniciativas para reparar las instalaciones dañadas, las autoridades ucranianas han recurrido a los cortes energéticos programados para evitar la sobrecarga de las infraestructuras energéticas restantes.
Además, las autoridades ucranianas han instado a la población de todo el país a reducir el consumo eléctrico diario entre las 7 h y las 23 h, y a partir de hoy limitarán el encendido del alumbrado público.
“Los ataques de Rusia contra infraestructura civil ucraniana son ilegítimos. La moral de la población civil no es un blanco legítimo, y llevar a cabo esos ataques con el único propósito de aterrorizarla es un crimen de guerra. Los responsables de ordenar y cometer estos ataques criminales deben ser sometidos a rendición de cuentas. La comunidad internacional debe responder urgentemente a la intensificación de las iniciativas rusas para aterrorizar a la población civil de Ucrania y condenar esos ataques atroces», sentencian desde la organización.