Este viernes ha sorprendido la noticia del asesinato de tres miembros de una familia como ofrenda a la Santa Muerte en México. La realidad es que este hecho no es ni el primero ni el último relacionado esta secta. A principios de este año se publicaba en varios medios internacionales que el grupo de narcotraficantes de Los Zetas había asesinado a dos adolescentes como parte de un sacrificio humano. Ambos fueron torturados y asesinados por Los Zetas quienes les sacaron la sangre y la pusieron en una copa para hacer un brindis a la Santa Muerte.
Unos meses antes, otro medio mexicano publicaba que una familia de Ciudad Juárez debía matar a 13 personas para cumplir un deseo que previamente habían pedido a la Santa Muerte. Sobre estos crímenes, el autor del libro ‘La Santa Muerte, la virgen de los olvidados’, José Gil olmos, señaló al ‘Diario de Yucatán’ que este hecho es un fenómeno particular de ciertos grupos del crimen organizado. Olmos dijo que los narcotraficantes rinden este tipo de tributos bajo la idea que les van a dar protección ante la política y el ejército.
A principios de esta año, varios testimonios de miembros del cártel mexicano Los Zetas detenidos en EU y juzgados en Texas, así como de un agente de la agencia antidrogas de ese país (DEA), revelaron los rituales y sacrificios humanos que realizan los integrantes de ese grupo delincuencial.
Durante el juicio que se le sigue a Gerardo Castillo, presunto líder de Los Zetas en Texas, el agente de la DEA Chris Díaz, testificó sobre la forma en que éstos brindaron a la Santa Muerte la sangre de un adolescente, asesinado junto con otra persona, presuntamente por ser parte del Cártel de Sinaloa. En la declaración del agente, difundida se detalló que un joven identificado como Alfonso Avilés, presunto miembro del Cártel de Sinaloa, fue detenido por sus enemigos (Los Zetas).
La Santa Muerte cuenta con miles de seguidores en México, aunque el Gobierno no la reconoce como una iglesia, ya que tradicionalmente ha estado asociada a grupos de delincuentes. »El Párroco», considerado como un obispo, prometió construir un gran templo a pesar de que no cuenta con un patrimonio importante.